Año 12, número 565
Luis-Fernando Valdés
La película
“Spotlight”, ganadora del Óscar a la mejor película, lejos de ser rechazada o
minusvalorada, resultó más bien muy elogiada por parte de las autoridades
eclesiásticas. ¿Por qué la Iglesia acoge así a una película que denuncia el
encubrimiento de clérigos pedófilos?
Elenco de la película "Spotlight". (Foto: www.cinencuentro.com) |
1. El contenido de la película.
Titulada en español como “En primera plana”, el filme que ganó dos premios de
la Academia, es una estupenda historia sobre periodismo de investigación. Con
gran sobriedad, el filme narra la investigación de un equipo del diario “The
Boston Globe” para sacar a la luz pública, tanto los abusos sexuales
perpetrados por sacerdotes católicos de Boston como su encubrimiento.
2. La reacción de la Santa Sede. Al día
siguiente de la premiación, el diario oficial del Vaticano, publicó una nota
muy positiva: “Spotlight,
que ha ganado el Óscar, tiene una trama interesante. Y no es una película anti
católica (…) porque es capaz de dar voz al desánimo y el dolor profundo de los
fieles ante el descubrimiento de estas terribles realidades.” (L'Osservatore Romano, 29 feb.
2016)
[Se
pueden leer aquí
las declaraciones favorables del actual cardenal de Boston y varios obispos
más; también las del vocero de la Santa Sede, p. Federico Lombarid, aquí]
3. Matices importantes a “Spotlight”. Actualmente
nadie en la Iglesia le quita méritos a la denuncia realizada por el “The Boston
Globe”, ni tampoco a la película. Sin embargo, por honor a la verdad, hay que
comentar también lo que la Iglesia ha realizado contra la pederastia desde
aquel escándalo en Boston.
Como es lógico,
una película no puede contar todos los detalles, pero sí es importante destacar
el gran papel de Joseph Ratzinger, como lo hizo el Papa Francisco, en el vuelo
de regreso a Roma desde México.
Ahí el Santo Padre
rindió un homenaje “al
hombre que luchó en momentos que no tenía fuerza para imponerse hasta que logró
imponerse: Ratzinger. El Cardenal Ratzinger, sí, un aplauso para él. Es
un hombre que tuvo toda la documentación. Siendo Prefecto de la Congregación
para la Doctrina de la Fe, tuvo todo en sus manos. Hizo las investigaciones y
llegó, y llegó, y llegó… y no pudo ir más allá en la ejecución.” (Vatican.va, 17 feb. 2016)
Y con sencillez, “L’Osservatore
Romano” reconoce que “las
dificultades que encontró Ratzinger no hacen más que confirmar la tesis de la
película, es decir, que muchas veces la Institución eclesiástica no ha sabido
reaccionar con la necesaria determinación ante estos crímenes.” (29 feb. 2016)
4. ¿Qué solución ha ofrecido la Iglesia?
Al final de la película se muestra un mapa de las diócesis con situaciones de
pederastia y son muchas. Eso pudiera la impresión de que la Iglesia no ha hecho
nada para terminar con el problema.
Sin embargo, como
se puede ver en el documental “Manzanas podridas”, la
Iglesia –con Joseph Ratzinger primero como cardenal y luego como Papa–, ha
realizado un largo camino de investigación, juicios y nuevas reglamentaciones
para proteger a las víctimas y para condenar a los culpables. Lo más importante
es el cambio de enfoque. Antes de esta crisis, el acento se ponía en la imagen
de la Iglesia, no en la víctimas. Ahora, las víctimas y sus familias son lo
primero.
La Iglesia no
podrá superar esta dura crisis, si antes no experimenta la vergüenza que la
lleve a la purificación. Junto con las víctimas y sus familia –aunque nunca
podremos hacernos cargo de cuánto han sufrido–, también los fieles de la
Iglesia católica queremos denuncias, limpieza y purificación, porque deseamos
que la Iglesia recupere la credibilidad que le permita anunciar el Evangelio,
porque necesitamos que cada parroquia sea el lugar de acogida fraterna más
seguro del mundo.
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