Año 12, número 567
Luis-Fernando Valdés
Algunos católicos
han llegado a afirmar que el mensaje de Francisco es divergente del de su
antecesor. Pero no es así: el Papa emérito en una entrevista reciente alabó la
práctica pastoral de Francisco, que habla continuamente de la misericordia de
Dios.
Francisco y Benedicto XVI se saludan al cruzar la Puerta Santa del Jubileo de la Misericordia. (Foto: www.eldiario.ec) |
1. La entrevista. Acaba de salir a la
venta el libro “Por medio de la fe. Doctrina de la justificación y experiencia
de Dios en la predicación de la Iglesia” de Ed. San Pablo, editado por el jesuita
Daniele Libanori.
Se trata de las actas de un congreso teológico
que se llevó a cabo en Roma en octubre del año pasado. Entre otros artículos,
el libro incluye una entrevista
con Joseph Ratzinger del teólogo jesuita belga Jacques Servais sobre “qué es la
fe y cómo se llega a creer”. En ese diálogo, Benedicto XVI citó a su sucesor y
habló generosamente sobre la misericordia.
2. La necesidad del hombre de hoy. La
afirmación clave del Pontífice emérito es ésta: “Para mí es un ‘signo de los
tiempos’ el hecho de que la idea de la misericordia de Dios sea cada vez más
central y dominante”.
Benedicto explica
que “el hombre de hoy tiene la sensación general de que Dios no puede dejar que
la mayor parte de la humanidad caiga en la perdición”, y que a pesar de la
visión moderna (que no se preocupa por la salvación), “sigue existiendo, de
otra manera, la percepción de que nosotros necesitamos la gracia y el perdón”.
3. Tres Papas en continuidad. El Papa
emérito hizo suyos los mensajes sobre la misericordia tanto de Juan Pablo II
como de Francisco. Explicó que Juan Pablo II “estaba profundamente impregnado”
del tema de la misericordia.
Dijo que el Papa
polaco, a partir de las experiencias en las que desde los primeros años de su
vida, “constató toda la crueldad de los hombres”, y que así descubrió que “la
misericordia es la única verdadera y la última reacción eficaz contra la
potencia del mal. Solo allí en donde hay misericordia acaba la crueldad, acaban
el mal y la violencia”.
Benedicto expuso
también que “Papa
Francisco se encuentra completamente en sintonía con esta línea” de la
misericordia. Y añadió: “Su práctica pastoral se expresa justamente en el hecho
de que él nos habla continuamente de la misericordia de Dios. Es la
misericordia lo que nos mueve hacia Dios, mientras que la justicia nos
espanta”.
4.
Misericordia, el tema de nuestros días. Hablar de misericordia no es una cuestión meramente
académica, como si fuera un tema más entre los muchos posibles de los que un
Papa pudiera hablar. Se trata de la respuesta de Dios a una profunda necesidad
interior del ser humano.
Así lo constata el Papa
emérito, quien explica que el hombre de hoy “bajo la capa de la seguridad de sí
y de la propia justicia … esconde un profundo conocimiento de sus heridas y de
su integridad ante Dios”. Y al constatar su debilidad y su falta de integridad,
el ser humano “está esperando la misericordia”.
Para Benedicto, el
hombre moderno necesita la misericordia, manifestación de la delicadeza de Dios
hacia cada persona, porque “en la dureza del mundo de la técnica, en el que los
sentimientos ya no cuentan nada, aumenta la esperanza de un amor salvífico que
sea dado gratuitamente”.
Benedicto XVI “rompió”
su silencio voluntario para hablar de teología, y en su intervención nos ha
mostrado que está en la misma sintonía de Francisco. En realidad, los últimos
Obispos de Roma, ante el mundo que se ha tornado cruel por haberse alejado de
Dios, ha visto que la misericordia es la respuesta de Dios al mal presente en
nuestros días.
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