Año 11, número 553
Luis-Fernando Valdés
El Papa inauguró
el Jubileo de la Misericordia, entre más de 50 mil fieles y un gran despliegue
de seguridad. ¿Por qué Francisco propone la misericordia a un mundo amenazado
por el ISIS, arrasado por guerras y hambrunas, a una sociedad podrida por el
narcotráfico y la corrupción? ¿Es esto lo que realmente hoy necesita el mundo?
El Papa Francisco abre la Puerta Santa del Jubileo de la Misericordia. (Foto: www.pildorasdefe.net) |
El Santo Padre
explicó el sentido de este gesto: “Entrar por la Puerta significa descubrir la
profundidad de la misericordia del Padre que acoge a todos y sale personalmente
al encuentro de cada uno”. Y añadió que este Jubileo “será un año para crecer
en la convicción de la misericordia”. (Homilía,
8 dic. 2015)
2. ¿Por qué un Jubileo de la Misericordia?
El Obispo de Roma explicó al día siguiente que la Iglesia “tiene necesidad” de
un evento de gracia como este Año Santo, ya que “en nuestra época de profundos
cambios, la Iglesia está llamada a ofrecer su particular contribución, haciendo
visibles los signos de la presencia y de la cercanía de Dios”.
Añadió que
contemplar el amor de Dios por los hombres es lo que nos puede ayudar a superar
todo límite humano y a poner luz sobre la oscuridad del pecado; de este modo
podemos remover la causa de tal oscuridad que es el “amor propio”, el cual toma
“la forma de la búsqueda exclusiva de los propios intereses, de placeres
y de honores unidos a querer acumular riquezas, mientras en la vida de los
cristianos se viste a menudo de hipocresía y de mundanidad”. (Audiencia
General, 9 dic. 2015)
3. ¿Es real que la misericordia cambiar el
mundo? Ante el panorama de unos males sociales tan arraigados, no existe
una solución mágica. Por eso, parecería utópico proponer un tema religioso como
la gran solución a los conflictos globales.
El Santo Padre
mismo se hace esta pregunta: “¿Es de ingenuos creer que esto pueda cambiar el
mundo?” Y su respuesta es importante: “Sí, humanamente hablando es de locos,
pero lo que es ‘necedad de Dios es más sabio que los hombres y lo que es
debilidad de Dios es más fuerte que los hombres’ (1 Cor 1,25).”
En otras palabras,
Francisco responde que desde el punto de vista humano, la misericordia no
parece ser la solución, pero sí lo es desde la fe. El Papa no ofrece una
“medicina milagrosa”, sino que está convencido que la apertura del hombre al
perdón de Dios y a servir a los demás son la clave para un verdadero cambio
social.
4. La Misericordia y el mejoramiento
social. El Papa explicó también que la experiencia de ser perdonados por
Dios puede contribuir realmente a “la edificación de un mundo más humano,
especialmente en nuestro tiempo en el que el perdón es un invitado raro en los
ambientes de la vida humana”.
Y esta certeza de
la misericordia no debe quedar el ámbito individual, sino que debe reflejarse “en
la necesaria obra de renovación de las instituciones y de las estructuras de la
Iglesia son un medio que debe conducirnos a tener la experiencia viva y
vivificante de la misericordia de Dios”.
El Año Santo
recién inaugurado trae una esperanza verdadera a este mundo lleno de problemas
sociales y conflictos bélicos, porque invita a un profundo cambio personal –apoyado
en el perdón sobrenatural–, para luego buscar la transformación de las
instituciones que pueden aportar un cambio real a la sociedad.
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