Año 11, número 539
Luis-Fernando Valdés
El Papa Francisco
ha autorizado a todos los sacerdotes de la Iglesia católica para que puedan
perdonar el pecado de aborto voluntario. ¿Es que antes no se perdonaba el
aborto? ¿Qué es lo verdaderamente novedoso en el plan del Santo Padre?
Papa Francisco confesando en la Basílica de San Pedro. |
1. Con motivo del
próximo Jubileo
extraordinario de la Misericordia, que iniciará el 8 de diciembre, el
Obispo de Roma publicó una carta,
fechada el reciente 1 de septiembre, con indicaciones para que este evento sea
“un auténtico momento de encuentro con la misericordia de Dios para todos los
creyentes”.
El contenido de la
carta se centra en el modo cómo los fieles pueden recibir la indulgencia
jubilar, como señal del encuentro con el amor de Dios que nos perdona. Y
como el aborto es un pecado muy extendido, para facilitar el perdón a los que
se arrepientan de haberlo cometido, el Pontífice concede facultades para que
todo sacerdote pueda absolver este pecado.
2. En general, las
agencias informaron muy bien sobre el contenido de esta carta, pero los
titulares de algunos medios dieron a entender que antes este pecado no se
perdonaba, y que ahora novedosamente el Papa argentino estaba concediendo el
perdón.
Por ejemplo, Milenio
(México) dice: “Papa
concede perdón a mujeres por abortar”; El Mercurio (Chile): “Argentina
celebra perdón papal a católicas que hayan abortado”; El Clarín
(Argentina): “El Papa concede el perdón del ‘pecado del
aborto’”; y El Tiempo
(Colombia): “Papa
concede que se absuelva el pecado del aborto durante el Jubileo”.
Sin duda, estos
medios de ningún modo pretendían dañar a la Iglesia. Más bien, la entendible falta
de precisión técnica de los editores dio pie a que se enviará un mensaje que no
corresponde con la realidad, pues dieron a entender que antes el pecado de
aborto no se perdonaba.
3. La Iglesia
siempre ha perdonado a los que han abortado y que están arrepentidos. Como se
trata de un pecado muy grave, pues consiste en quitarle la vida a un bebé
indefenso, la Iglesia ha reservado su absolución a los obispos y a los
sacerdotes que ellos hayan autorizado.
Por eso, no sería
correcto deducir desde esos titulares de prensa que antes no se perdonaba este
grave pecado, y mucho menos decir que el Papa Francisco introdujo este perdón. De
hecho, durante el Jubileo del año 2000, en prácticamente todas diócesis del
mundo, los obispos dieron facultades a todos los sacerdotes para absolver el
pecado de aborto.
4. Entonces, ¿qué
es lo novedoso respecto al aborto en esta carta apostólica? Es el enfatizar la comprensión
hacia el sufrimiento de quienes han abortado. Escribe el Santo Padre: “Pienso,
de forma especial, en todas las mujeres que han recurrido al aborto. Conozco
bien los condicionamientos que las condujeron a esa decisión. Sé que es un
drama existencial y moral. He encontrado a muchas mujeres que llevaban en su
corazón una cicatriz por esa elección sufrida y dolorosa.”
Sin quitarle
importancia a este pecado, al que el Papa califica de “profundamente injusto”,
Francisco explica que “el perdón de Dios no se puede negar a todo el que se
haya arrepentido, sobre todo cuando con corazón sincero se acerca al Sacramento
de la Confesión para obtener la reconciliación con el Padre”.
No es nuevo que un
Papa busque acercar la misericordia de Dios a todos los fieles… como lo hizo
Juan Pablo II, con su encíclica “Dives
in misericordia” (1980) e introduciendo la fiesta de la Divina Misericordia
(2000). Más bien, la cercanía de un Dios que perdona el drama del pecado
siempre será novedad.
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