Año 10, número 491
Luis-Fernando Valdés
Una vieja
"guerra" iniciada durante el Concilio Vaticano II (1962-1965) parece
resurgir con motivo del ya próximo Sínodo sobre la familia. Peritos religiosos
y reporteros parecen competir para captar la opinión pública a la que llenan de
mensajes contradictorios. ¿Cuál es el fondo de esta disputa?
Durante el Concilio
ocurrió un fenómeno que afectó negativamente a la Iglesia. Fue la filtración de
temas disputados y aún no resueltos en las aulas conciliares, que aparecieron
en los medios como noticias que anunciaban cambios en la doctrina oficial del
Magisterio eclesiástico. Los fieles vivieron cuatro años de desconcierto sobre
cuál era la verdadera postura de la Iglesia.
Con motivo del
próximo Sínodo sobre la familia, se repite ese fenómeno. Los medios presentan
esta reunión de obispos sólo como una situación de crisis, en la que la Iglesia
deberá cambiar su noción de matrimonio y de familia para sobrevivir.
El portal
aleteia.org realizó una investigación, que tomó en cuenta 38,333 menciones,
noticias y conversaciones en la red, en inglés, entre el 1 de septiembre de
2013 y el 1 de septiembre de 2014.
El resultado fue que
los medios reducen todo el Sínodo a los siguientes temas: comunión a los
divorciados vueltos a casar por lo civil, control de los nacimientos, aborto,
matrimonio, convivencia prematrimonial, y pedofilia.
En bastantes casos,
se intenta mostrar al Papa Francisco como lo que no es. Se presenta al
Pontífice como un hombre que quiere reformar la doctrina, pero en realidad lo
que pide el Santo Padre es que -sin cambiar la doctrina- la Iglesia sea
valiente para atender a los que están en situaciones complejas.
Otro efecto de esta
"batalla mediática" es que algunos medios presentan una división
entre los obispos, como si hubiera dos bandos defendiendo dos modelos distintos
de familia cristiana. Además, emplean categorías sociológicas o políticas para
presentarlos: conservadores vs liberales, etc.
Por eso,
recientemente el Prefecto para los Obispos, Mons. Marc Ouellet, aclaró a los
medios que no es correcto presentar a los obispos como si fueran miembros del
partidos políticos opuestos, buscando hacer prevalecer cada uno su propio punto
de vista.
El tema de la
familia es capital para que la sociedad occidental salga de la actual crisis
cultural y de valores. Por eso, el Papa ha convocado a este Sínodo. Pero ha
puesto como punto central hablar de la familia tradicional (padre, madre,
hijos). Y, aunque ha pedido que se consideren los casos complejos, estos no son
el centro del temario aprobado.
No soy partidario de
atribuir estos fenómenos de opinión pública a las llamadas "teorías
conspiración". Me parece que se debe más a la búsqueda de 'rating' por
parte de algunos medios, y al afán de figurar de algunos obispos y de algunos
teólogos. Pero la última palabra la tenemos los receptores: seamos más críticos
y exigentes para conocer la verdad, más allá de los titulares sensacionalistas.
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