Luis-Fernando Valdés
Juan Pablo II consolidó el ingreso del Papado en la época de las comunicaciones, porque poseía una carismática presencia ante los medios de comunicación. Al llegar Benedicto XVI, más reservado de temperamento, ¿finalizará esta buena relación de la Iglesia con los medios?
Para contestar a esta pregunta, demos una mirada a la historia reciente del Papado. Pío XII (1939-1958) fue famoso por sus mensajes por radio, dirigidos a una sociedad conmocionada por la Segunda Guerra Mundial.
Después, partir del Concilio Vaticano II, la Iglesia ha promovido especialmente la colaboración con el mundo de la comunicación social. Este Concilio habló ampliamente de las grandes potencialidades de los medios de comunicación en el documento Inter mirifica (4-XII-1963), donde ve con agrado que estos medios «por su naturaleza, pueden llegar no sólo a los individuos, sino también a las multitudes y a toda la sociedad humana» (n, 1).
Juan XXIII y Juan Pablo I abrieron nuevos caminos en la relación de la Iglesia con los medios comunicación. Sus audiencias publicas fueron transmitidas no sólo por radio, sino además por la televisión.
Sin duda, Juan Pablo II ha sido un gran artífice de este diálogo abierto y sincero entre la Iglesia y los medios de comunicación. Durante más de 26 años de pontificado sostuvo relaciones constantes y fecundas con los periodistas. Es muy significativo que uno de sus últimos documentos está dirigido a los responsables de las comunicaciones sociales. En ese escrito, el añorado Papa recuerda que vivimos en la «época de comunicación global, en la que muchos momentos de la existencia humana se articulan a través de procesos mediáticos, o por lo menos, con ellos se deben confrontar» (Carta Apostólica, 24-I-2005, n. 3).
Y ahora, desde su elección como Romano Pontífice, Benedicto XVI se ha situado en la misma línea de sus antecesores. El nuevo Papa ha mostrado una actitud positiva ya desde su primer discurso a los periodistas. Refiriéndose a la cobertura del Funeral de Juan Pablo II y del Cónclave, el Santo Padre les manifestaba que «gracias a todos vosotros, estos acontecimientos eclesiales de importancia histórica han tenido también una cobertura mundial. Sé muy bien cuánto esfuerzo ha supuesto para vosotros, obligados a estar lejos de vuestra familia y de vuestros hogares, trabajando con horarios prolongados y en condiciones a veces difíciles. Soy consciente de la competencia y la dedicación con que habéis llevado a cabo esta exigente tarea» (Discurso, 23-IV-2005, n. 2).
¿Cuál es el rasgo que marcará la pauta de la relación del Papa Benedicto con los medios? En continuidad con uno de los ejes conductores de su pontificado, el Santo Padre les recuerda el compromiso con la verdad. De ahí que el compromiso ético de los medios será uno de los principales temas de este diálogo.
«Para que los medios de comunicación social puedan ofrecer un servicio positivo al bien común, (...) no se puede dejar de resaltar la necesidad de referirse claramente a la responsabilidad ética de los que trabajan en ese sector, especialmente en lo que respecta a la búsqueda sincera de la verdad y la salvaguardia de la centralidad y de la dignidad de la persona» (ibid, n. 4).
Benedicto XVI ya mostró cuál será su actitud ante las comunicaciones sociales. En continuidad con los Papas anteriores, buscará una franca apertura y será pregonero del compromiso ético de los medios.
Correo: lfvaldes@gmail.com
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