Luis-Fernando Valdés
Publicado el 16 de septiembre de 2007
Ya que estos días patrios nos dan un descanso, que podemos aprovechar para cultivar el espíritu, aprovecho para sugerirle un buen libro escrito por Benedicto XVI, que recientemente ha sido publicado en nuestra lengua. Titulado “Jesús de Nazaret”, se trata de una investigación desarrollada durante años por el Teólogo Ratzinger, que presenta a Jesús como un ser histórico digno de fe, superando la visión meramente mítica del Nazareno.
Es un escrito profundo, en el que el Papa alemán sale al paso de una dicotomía que surgió en el exégesis bíblica de la segunda parte del siglo pasado. Era una visión que separaba al “Jesús de la historia” del “Cristo de la fe”. Algunos autores, que empleaban métodos histórico-críticos para estudiar el origen de los textos bíblicos, afirmaban que la figura de Jesús, presentada por los Evangelios era la de un revolucionario anti-romano o la de un humilde moralista, que poco tenía que ver con el Cristo, el Hijo de Dios, presentado por la Iglesia primitiva. Por eso, decían que la fe en que Jesús es Dios no se podía apoyar en la razón, porque su divinidad no sería un hecho histórico sino una invención, producida por la devoción de sus primeros seguidores.
Ese método de investigación es muy importante para conocer la formación de los textos bíblicos, el sentido literal que tenían cuando se escribieron, el contexto donde vivían los escritores sagrados, etc. Pero tiene límites, porque no puede verificar empíricamente la existencia de hechos sobrenaturales, que muchos testigos presenciaron y cuyo testimonio los evangelistas pusieron por escrito. Esos testigos dan fe que Jesús se presenta como Dios. Y en este libro, el Obispo de Roma parte de que si no se toma en cuenta la divinidad de Jesús, su persona se hace fugaz, irreal, inexplicable. Más aún, sin su divinidad, no se puede entender nada sobre Él; en cambio, si se toma como punto de partida, Jesús se hace presente a nosotros también hoy.
Benedicto XVI insiste en la dimensión histórica de la vida de Jesús. Pues para la fe bíblica es fundamental la referencia a los hechos históricos reales. La fe no cuenta la historia como un conjunto de símbolos, sino que se funda en la historia que ha sucedido en la superficie de la historia. De modo que los Evangelios no tratan de revestir de carne al misterioso Hijo de Dios aparecido en la Tierra, sino que Él mismo se hizo en verdad humano como nosotros.
El Papa Ratzinger intenta en su escrito “presentar el Jesús del Evangelio cono el Jesús real, como el ‘Jesús histórico’ en el sentido verdadero y propio”. Y explica que esta figura que no separa al Cristo de la fe del Jesús de la historia “es mucho más lógica y desde el punto de vista histórico es también más comprensible” que las reconstrucciones presentadas por los métodos que buscan únicamente el origen del texto bíblico. Sólo el Jesús de los Evangelios es “una figura históricamente sensata y convincente”.
Leer este libro va mucho más allá que proporcionar información actualizada sobre la exégesis bíblica contemporánea. Tampoco es un escrito devocional. Se trata de un texto que busca mostrar al lector que Jesús de Nazaret es el Dios en el que creemos los cristianos. Parece de Perogrullo, pero hoy día está oscurecida esta verdad que es el fundamento del cristianismo: Jesucristo es el Dios verdadero, que se hizo humano como nosotros para compartir nuestra vida, para mostrar el amor del Dios por el hombre, para enseñarnos el camino de la felicidad, mediante el amor a Dios y al prójimo. Se lo recomiendo mucho.
Correo: lfvaldes@prodigy.net.mx
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