Año 14, número 701
Luis-Fernando Valdés
La Orden de Médicos de Francia se manifestó consternada por los “términos violentos” de Francisco, porque el Pontífice comparó el aborto con la contratación de un sicario. ¿Qué hay detrás de este conflicto de palabras?
El Dr. Patrick Bouet del Consejo Nacional de médicos de Francia protestó que el Papa comparara abortar con contratar un sicario. (Foto) |
1. El contexto. El pasado 10 de octubre, en la tradicional Audiencia general de los miércoles, el Papa dio una catequesis sobre el Quinto Mandamiento, “No matarás”, al que describió como una “muralla” erigida como “defensa del valor fundamental en las relaciones humanas: el valor de la vida”.
En su discurso, Francisco hizo un nuevo llamamiento a la defensa de la vida humana, en el que advirtió que el aborto no puede ser una solución “para resolver un problema”.
El Obispo de Roma cuestionó: “¿Cómo puede ser terapéutico, civilizado, o simplemente humano un acto que suprime la vida inocente e indefensa en su florecimiento? Yo les pregunto: ¿Es justo ‘quitar de en medio’ una vida humana para resolver un problema? ¿Es justo contratar a un sicario para resolver un problema?
Y el Papa mismo respondió: “No se puede, no es justo ‘quitar de en medio’ a un ser humano, aunque sea pequeño, para resolver un problema. Es como contratar a un sicario para resolver un problema”.
2. Una reacción desde Francia. Al día siguiente, 11 de octubre, el presidente del Consejo Nacional de la Orden de Médicos de Francia, el Dr. Patrick Bouet, dirigió una carta al Nuncio apostólico en ese país, Mons. Luigi Ventura. (La Croix, 17 oct. 2018)
El colegiado escribió que el Papa “ha pronunciado unas palabras muy duras sobre el aborto, que han consternado a la comunidad médica francesa a la que tengo el honor y la responsabilidad de representar”.
Con admirable respeto, el Dr. Bouet continuó: “Si bien entiendo que su Santidad, en nombre de su fe, desea defender los principios importantes para la Iglesia que dirige”, la Orden de Médicos, “no puede aceptar que se arroje así un anatema al conjunto del cuerpo médico, que termina siendo estigmatizado”.
3. Una protesta basada en un sofisma. El citado texto de Bouet basa su protesta en que los médicos “tienen una vocación de escucha, ayuda y apoyo” para acompañar pacientes en los “momentos difíciles de la vida” y para “asegurarles un acceso a la interrupción voluntaria del embarazo en las mejores condiciones posibles”.
El Dr. Bouet hizo un sutil cambio de tema: dejó de lado el “matar a un inocente” del que habló el Papa y lo reemplazó por la “comprensión de los médicos” que ofrecen un aborto “en las mejores condiciones posibles”.
En otras palabras, para la Orden de Médicos quien facilita un aborto no es un sicario (un asesino) que elimina la vida de un humano por nacer, sino una persona amable porque ayuda a que una mujer pueda interrumpir su embarazo en las mejores condiciones clínicas. ¿Y dónde quedó para el Dr Bouet el bebé que resulta muerto?
Epílogo. Este episodio es un paradigma de la discusión actual sobre el aborto. Es el encuentro de dos posturas: por una parte, la de quien defiende la vida del nascituro es un “dato objetivo”, y, por otra, la de quien apela a los “datos subjetivos” (el sufrimiento de la mujer, la comprensión de su situación, etc.) para sostener que una mujer tiene derecho a abortar.
Hoy necesitamos más que nunca la fuerza moral que nos da ese “no matarás” para defender a los dos, la madre y su hijo: para respetar a la vida del inocente por nacer, y para dar otras opciones a la mujer y al hombre que sienten confusión ante la llegada de un nuevo ser para el que no están preparados.
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