domingo, 29 de agosto de 2010

Masacre: cifras sin sentido


 Vista aérea del lugar donde fueron hayados los cuerpos de lo 72 migrantes, 
en San Fernando, Tamaulipas.  


Luis-Fernando Valdés

La opinión pública internacional se conmocionó con la noticia: 72 migrantes sudamericanos fueron masacrados en San Fernando, Tamaulipas (24.VIII.2010), por no llevar consigo dinero para pagar la extorsión de un grupo armado. ¿En qué radica que este atentado sea noticia? ¿En que fueron 72 víctimas? ¿En que eran migrantes?
Desde hace cuatro años, diariamente escuchamos y leemos las noticias del parte de guerra. Palabras como “ejecutados”, “levantados”, “encobijados”, “decapitados”, “torturados” y “secuestrados” han dejado de tener impacto, porque nos hemos acostumbrado a convivir con esas tristes realidades. Y casi lo único que despierta nuestra atención es que eso le ocurra a un personaje destacado (un político, un alto mando policial…), o bien, que eso le suceda simultáneamente a un grupo numeroso de personas.
Las noticias policíacas no suelen enfatizar el atropello a la libertad y a la vida de las víctimas, sino el morbo de las cifras. Pensemos lo grotesco de esta situación: cada semana mueren decenas por la guerra del narcotráfico, pero como son asesinadas en momentos y en escenario distintos no pasan de ser un nota sin importancia; en cambio, si los asesinan simultáneamente y en gran volumen se convierten en noticia destacada.
Cifras y más cifras, recopiladas en estadísticas. Se forma así un velo que nos aleja del núcleo del problema, porque los datos siempre deben ser interpretados, es decir, se debe encontrar su sentido. Las cifras recibidas asépticamente no transmiten sentido y, por eso, generan desesperanza.
Hay que ir más allá de las cifras, y llegar al ser humano que está detrás de esos números. Si perdemos de vista que se trata de personas, cada una de ellas irrepetible, entonces nos acostumbraremos también a las “masacres”, e incluso podremos llegar a la aberración de comentar con frialdad e indiferencia: “¿fueron sólo 20?”, “¿nada más 15?”
En ocasiones, algunos piensan que el problema de la opinión pública son los medios, pues son los que dan a conocer los hechos violentos. Ciertamente, los medios deben guiarse por un código de ética, pero ante todo, somos los ciudadanos los que debemos tener madurez de juicio y un exquisito sentido crítico, de modo que sepamos descubrir lo que está atrás de los números.
En esta gran tragedia de la localidad de San Fernando, hubo un sobreviviente que narró las circunstancias del suceso, y esto nos permite ver por encima de los datos. Por él sabemos que, cuando los captores vieron que los migrantes no tenían dinero, les ofrecieron incorporarse a sus filas, con un sueldo muy alto. Como los secuestrados rechazaron la propuesta, fueron asesinados a sangre fría.
Más allá de las cifras, encontramos el lado verdaderamente humano: estas personas tuvieron el valor de decir que no, a pesar de las amenazas y de la coacción, y pagaron con sus vidas esta valiente decisión.
La noticia no está en el número 72, ni en las duras declaraciones de las cancillerías latinoamericanas o de la ONU y la OEA. El núcleo del suceso son las historias del heroísmo silencioso de muchos de estos migrantes, que mostraron una gran calidad humana.
Expresamos nuestra solidaridad con los 72 hermanos migrantes, y rezamos por sus almas.  Y aprendemos de ellos, pues así como ellos rechazaron la invitación a delinquir, nosotros debemos decir que no a la falta de esperanza, debemos recordar que el México actual no es sólo violencia, debemos empeñarnos en no dejar de ver –detrás de las cifras– a esos seres humanos, con rostro y con historia.
Correo: lfvaldes@gmail.com
http://www.columnafeyrazon.blogspot.com

8 comentarios:

  1. Querido Luis Fernando:

    Leo con gozo la entrada de tu blog. LA reflexión me parece muy pertinente, pues me preocupa también uso constante de cifras, la constante habituación a la violencia y a los muertes a la que los mexicanos nos vemos sometidos día con día. Tu entrada me recuerda una frase que Julio Scherer atribuye a Pinochet, con motivo de las reflexiones en torno a la Caravana de la Muerte: "Un muerto es una tragedia, mil muertos son sólo una cifra". En efecto, los grandes números le quitan el rostro humano a la tragedia. Y, aún más, quizá para tampoco caer en sentimentalismos, más allá de la tragedia que es una muerte violenta, el problema va más allá de una o muchas defunciones, sino de la descomposición social que hay detrás de esas muertes. LA falta de un estado fuerte, la falta de una sociedad que brinde oportunidades decentes a sus miembros, la falta de valores. En fin, agradezco y comparto las preocupaciones de tu reflexión.

    Afectuoso saludo,

    Jorge Morales

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  2. Luis: Me parecen muy interesantes tus reflexiones. El debate es permanente sobre los contenidos de los medios. En lo personal, me inquieta la proliferación de noticias sobre la violencia. Está comprobado que la exposición permanente a estos temas, como ocurre ahora, perturba el subconsciente y deteriora la salud mental. Pero estamos obligados, como comunicadores, dar a conocer el país como es.
    Saludos.

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  3. Querido Jorge:

    Muchas gracias por tu comentario. Estoy de acuerdo que la causa principal de esta trágica situación del País es la descomposición social, en la que ausencia (física o psíquica) del núcleo familiar lleva a la falta de valores, y que la "espiral de injusticias" conlleva la falta de oportunidades, (y eso es lo que de el "empujoncito" a tantos para ingresar en el mundo del narco).

    Muchas gracias por tu tiempo. Te mando un sincero abrazo,
    P. Luis-Fernando

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  4. Luciano,

    Qué gusto compartir contigo una reflexión sobre el papel de los medios en estos temas de violencia. Recuerdo que ya hablábamos de esto en nuestros tiempos de estudiantes de periodismo.

    Le he dado muchas vueltas al asunto, y no está nada fácil. Te resumo lo que pienso: 1) que los medios sí deben informar sobre la violencia, pero siguiendo un código de ética (modo de publicación de contenido e imágenes, enfatizar la pérdida humana antes que la cifra, etc.), y 2) que los receptores deben jugar un PAPEL ACTIVO, ("juicio crítico", como diría una estimada profesora nuestra), de modo que ellos mismos busquen por sí mismo el sentido humano de la noticia, sin esperar a que los medios se lo proporcioné.

    También yo estoy inquieto por la proliferación de noticias sobre la narco-violencia, porque sí produce esa perturbación en la mente de todos, especialmente en la de los jóvenes (puedes ver el artículo mío: http://columnafeyrazon.blogspot.com/2010/07/narco-leccion.html).

    Ha sido un gusto muy grande que un amigo tan querido y periodista tan profesional me escriba.

    Un cordial saludo,
    P. Luis-Fernando

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  5. Muchas gracias Fernando, debo decirle que me encanto su artículo de "Masacre: cifras sin sentido", porque justamente es lo que necesitamos!! fortalecer nuestra fe y nuestra esperanza, no dejarnos llevar por la marea de información sino como bien usted dice, ver mas allá y tener la valentía de estos mártires de la dignidad!!

    Mil gracias, esto es lo que hace falta en el periodismo. Y por supuesto nuestras oraciones para nuestros hermanos caídos por la lucha de la integridad y la dignidad.

    Atentamente
    Silvia Valencia Lira

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  6. Estimada Silvia,

    Soy yo el que te agradece tus palabras tan alentadoras. Que sigas adelante con mucha firmeza en la fe y en la esperanza, que son nuestras anclas firmes en estos momentos de tribulación nacional; son el faro ante la oscuridad de las cifras.


    Un saludo muy cordial,
    P. Luis-Fernando Valdés

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  7. Muchas gracias Fernando, debo decirle que me encanto su artículo de "Masacre: cifras sin sentido", porque justamente es lo que necesitamos!! fortalecer nuestra fe y nuestra esperanza, no dejarnos llevar por la marea de información sino como bien usted dice, ver mas allá y tener la valentía de estos mártires de la dignidad!!

    Mil gracias, esto es lo que hace falta en el periodismo. Y por supuesto nuestras oraciones para nuestros hermanos caídos por la lucha de la integridad y la dignidad.

    Atentamente
    Silvia Valencia Lira

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  8. Estimada Silvia,

    Soy yo el que te agradece tus palabras tan alentadoras. Que sigas adelante con mucha firmeza en la fe y en la esperanza, que son nuestras anclas firmes en estos momentos de tribulación nacional; son el faro ante la oscuridad de las cifras.


    Un saludo muy cordial,
    P. Luis-Fernando Valdés

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