viernes, 27 de enero de 2017

El Papa y el muro de Trump

Año 13, número 12
Luis-Fernando Valdés

En plena crisis diplomática de Estados Unidos por la amenazas de construir un muro en la frontera mexicana, el Papa exhorta a quitar los muros que nos dividen. ¿Francisco está interfiriendo en un asunto político de EUA? ¿Por qué el Papa puede pedir que no se construya el muro? 

Francisco rezó en el Monumento a los
migrantes, ubicado en México,
a unos pasos de la frontera con EUA.
1. El verdadero tema de discusión. Se presta para confusiones que el Pontífice de la Iglesia católica hable sobre el muro de Trump, porque resultaría muy delicado que un líder religioso le indicara a una nación soberana qué debe hacer con sus fronteras. Pero Francisco no está haciendo eso.
Las declaraciones del Papa no versan sobre el derecho de Estados Unidos a proteger sus fronteras. Más bien, el problema se enfoca en el derecho de los migrantes a conseguir mejores oportunidades de vida, las cuales no pueden conseguir en su tierra natal.
De hecho, en una entrevista concedida al periódico español El País, el mismo día en que Trump juraba su cargo, Francisco afirmó que “cada país tiene derecho a controlar sus fronteras, quién entra y quién sale, y los países que están en peligro –de terrorismo o cosas por el estilo-- tienen más derecho a controlarlas más”. Pero advirtió que “ningún país tiene derecho a privar a sus ciudadanos del diálogo con sus vecinos”.

2. El derecho a buscar una vida digna. Pedir a un país que abra sus fronteras para ayudar a los migrantes, no es una injerencia religiosa en la política de una nación. Se trata más bien de la petición de que se viva un principio de ética social, llamado “destino universal de los bienes”
Este principio se enuncia así: “Dios ha destinado la tierra y cuanto ella contiene para uso de todos los hombres y pueblos. En consecuencia, los bienes creados deben llegar a todos en forma equitativa” (Compendio DSI, 171).
Esto significa que todos los seres humanos tienen el derecho de acceder a los recursos y bienes para poder trabajar y vivir dignamente. Quienes viven en zonas marginadas o pobres, por tanto, tienen el derecho a desplazarse –e incluso cruzar fronteras– para buscar una situación mejor. Así, este principio justifica y defiende la migración.

3. Por qué Francisco pide quitar muros. El Papa ha hablado de los muros fronterizos en bastantes ocasiones. En una conferencia de prensa, al concluir su viaje apostólico a México (2016) advirtió que no es cristiano hablar de poner muros, y esto se entiende porque viola el principio del destino universal de los bienes.
Durante el Jubileo de la Misericordia, el Pontífice señaló que quizá “levantar muros haga más ruido que la callada acción de quienes ayudan y asisten a los emigrantes y refugiados”, pero explicó que “cerrarse no es la solución”, ya que un muro “sólo favorece los tráficos criminales”; en cambio “la única respuesta es la de la solidaridad”. (Discurso, 26 oct. 2016)
A la luz del derecho de los pobres para mejorar sus condiciones de vida, y la obligación de ser solidarios con ellos, se entiende el mensaje del Papa al Presidente Trump, con motivo de su toma de posesión, pidiéndole que tenga “preocupación por los pobres, los marginados y los necesitados que, como Lázaro, están ante nuestra puerta.”

El liderazgo del Papa Francisco en defensa de los pobres y los migrantes tiene un origen claramente religioso, que se apoya también en principios éticos naturales (como el derecho universal a tener bienes y la solidaridad). Esto no es intervenir en la política de los países, sino interpelar la conciencia social de los políticos.

viernes, 20 de enero de 2017

Un peligro ignorado: la violencia en las redes sociales

Año 13, número 611
Luis-Fernando Valdés

A la gran consternación por el atentado realizado por un jovencito en su propia escuela, se suma la sorpresa del papel de las redes sociales en la violencia juvenil. Es tiempo de duelo, pero también de reflexión. ¿Qué nos toca hacer?

La tragedia en el Colegio Americano del Noreste
nos exige poner atención al problema de la violencia
en las redes sociales. (Foto: periodicovictoria.mx
1. El fondo de la noticia. El pasado 18 de enero, un adolescente de 15 años, estudiante de secundaria en el Colegio Americano del Noreste, en Monterrey, seguramente bajo los efectos de una depresión psicológica ya en tratamiento, disparó contra una profesora y tres compañeros, para luego suicidarse. 
La triste noticia dio la vuelta al mundo. El Clarín (Argentina) destacó su joven edad y que pudo introducir una pistola; Los Ángeles Times (EUA) describe cómo sucedió el ataque; El País (España) habla de una tragedia, y el USA Today exhibió fotos y un video del trágico hecho. (Cfr. excelsior.com.mx, 19 ene. 2017)
Más allá del sensacionalismo, realmente se trata de un hecho impactante, porque un adolescente realiza una acción que rompe con los valores humanos fundamentales: el valor de la vida y de la familia, el sentido de la amistad y del respeto, junto con la facilidad para conseguir los medios para perpetrar esta masacre.

2. El rol de las redes sociales. Después de los trágicos hechos, la redes sociales mexicanas se vieron inundadas de información y de opiniones, hasta el punto de que tuvimos que cuestionarnos qué es lo verdadero y qué es mera hipótesis sobre este caso.
Primero, se difundió que el responsable del tiroteo había anunciado que realizaría este ataque, mediante un foro en “Hispachan” (que es un “tablón de imágenes”, de conversaciones anónimas, utilizado por atacantes y suicidas), aunque la Policía Cibernética Federal informó que “no hay prueba que sea real”.
También se habló de un grupo de Facebook, autodenominado “Legión Holk”. Integrantes de este grupo publicaron que el atacante del colegio era uno de sus miembros, aunque no había ningún mensaje en el perfil del agresor.
El tema importante no es si el joven anunció o no el ataque. Más bien, esto nos señala que la sociedad no le ha dado importancia a la existencia grupos en redes sociales que fomentan y alaban la violencia entre los menores de edad.

3. ¿Hace falta difundir imágenes violentas? También fue muy llamativo que a las pocas horas de la agresión empezó a circular un video del atentado, a pesar de que las autoridades mexicanas habían pedido que no se difundieran imágenes de este ataque, ya que por ley está prohibido difundir datos personales de niñas, niños o adolescentes relacionados con la comisión de un delito, ya sean autores, víctimas o testigos.
Muchos medios en México decidieron no difundir
las imágenes violentas de este ataque. (Foto aquí)
Es muy loable que bastantes periodistas y medios se negaron a difundir el video o imágenes de las víctimas. El motivo expreso fue el respeto tanto hacia las víctimas como hacia los lectores de los medios de información. 
Por ejemplo, la Redacción de Excélsior explicó que no difundirían el video “porque las escenas son brutales, y porque es momento de hacer una pausa para preguntarnos qué es lo que queremos como país”.


A posteriori, nos hemos dado cuenta que este ataque se debió, en parte, a que las familias y de la sociedad quizá no hemos puesto la suficiente atención a la violencia que se fomenta en una parte escondida del mundo de las redes sociales.
Como sociedad debemos dejar de lado la indiferencia ante el grave problema de la violencia juvenil difundida por internet. Y, a la vez, debemos tener la valentía de proponer un sólido modelo de familia, lleno de valores y principios.

viernes, 13 de enero de 2017

¿Por qué hoy la gente acude más a los adivinos?

Año 13, número 610
Luis-Fernando Valdés

¿Por qué en pleno siglo XXI, aumenta el número de personas que recurren a quienes les puedan vaticinar su futuro? Las numerosas consultas a los videntes y adivinos ponen de manifiesto una gran carencia de nuestras civilización: la esperanza.

Cuando falta esperanza ante las
dificultades, algunos acuden al
esoterismo.
1. De la ciencia al esoterismo. La Ilustración (s. XVIII) anunciaba que en la medida en que incrementara el conocimiento científico experimental para explicar la realidad, irían desapareciendo las argumentaciones religiosas.
Pero esta visión científica era aplicable sólo para la realidad física, la cual se puede medir y sobre la cual se puede experimentar. Pero el ser humano es mucho más que reacciones biológicas, y su entorno es mucho más que mera sociología. Por eso, los humanos necesitamos algo más que ciencia experimental para encontrar respuesta y sentido a las interrogantes que nos plantea nuestro entorno.
Estos límites de la ciencia han dado lugar a diversos movimientos culturales. Uno de ellos es el regreso a una fe religiosa más argumentada. Pero, otro es la vuelta a las adivinaciones, poderes ocultos, etc., los cuales no se basan ni en la fe bíblica ni en la ciencia (aunque en ocasiones sus autores afirmen ser creyentes o apoyarse en la ciencia). Por eso, el esoterismo es un hijo del cientificismo.

2. ¿Por qué la gente acude a los videntes? Cuando pasamos tiempos de crisis social o de incertidumbre y dolor, todos necesitamos una certeza que nos ayude a superar esa etapa crítica; necesitamos una voz autorizada que nos diga que este mal momento terminará.
Las religiones son una fuente de esperanza, pues sus enseñanzas suelen dar una explicación sobre lo desconocido y sobre el mal. Pero las religiones no dan una solución concreta para nuestros problemas, sino que invitan a actitud de esperanza para sobrellevar los malos momentos.
Cuando, ante una situación difícil, una persona desea una respuesta inmediata y concreta, junto con una solución casi inmediata, no la encontrará en las religiones cristianas. Entonces, la opción es recurrir a quienes las ofrecen: videntes, adivinos, chamanes, etc.
El Papa Francisco ilustra así este itinerario: “Yo confío en Dios, pero la situación es un poco fea y yo necesito una certeza un poco más concreta. ¡Y ahí está el peligro! Y entonces estamos tentados en buscar consolaciones incluso efímeras, que parecen colmar el vacío de la soledad y mitigar el cansancio de creer” (Audiencia, 11 ene. 2017).

3. Inmediatez vs esperanza. Un fenómeno creciente es que quienes acuden a los videntes son personas con preparación académica y con suficientes recursos económicos. Esto es una señal tanto del desencanto de la mentalidad cientificista como de la ignorancia de lo que el cristianismo enseña sobre la verdadera esperanza.
Se trata de la búsqueda de una seguridad vital, que no pocos buscan en la intervención de un fenómeno supra natural que les haga conseguir lo que les dará una certeza para vivir hoy: dinero, poder, mundanidad o incluso falsas ideologías.
La inmediatez de la adivinación oscurece la verdadera esperanza, la cual está puesta no en ídolos creados por manos humanas, sino en Dios mismo, el único que verdaderamente puede ayudar a vivir y a dar sentido a nuestra existencia.

El incremento de quienes consultan a videntes y adivinos pone de manifiesto una gran necesidad de nuestra época: la de aprender a vivir con esperanza, o sea, saber recorrer la vía con paciencia los tiempos adversos, con la certeza de ser acompañados por Dios


sábado, 7 de enero de 2017

Los Reyes Magos en tiempos de crisis

Año 13, número 609
Luis-Fernando Valdés

El panorama del nuevo año no es tan alentador: desde las amenazas de Trump, el “gasolinazo” en México, las crisis sociales en América Latina, hasta la difícil paz en Siria. ¿Cómo encontrar algún motivo de esperanza, para celebrar alegremente el día de Reyes? 

Los Reyes Magos son un icono de la
búsqueda de sentido a las adversidades.
1. Cuando “empoderamos” a un panorama sombrío. Es verdad que hay una gran problemática social, provocada en parte por la crisis económica internacional, y que se refleja en migraciones, desabasto, pobreza. Pero quizá somos nosotros los que le damos una “sobrevaloración” a estas situaciones.
Sin negar esta dura realidad, es importante aclarar que los problemas tienen dos aspectos. Uno es objetivo, que se nota en los efectos que producen (en este caso, las carestías económicas, por ejemplo).
Y el otro aspecto es de tipo personal, que es la reacción interior ante las dificultades. Un sabio escritor decía: el “problema” no es la situación difícil, sino que el problema es el “el modo en que vemos” esa dificultad (Covey, 1994: “the problem is the way we see the problem”).

2. Fe religiosa: otro modo de ver la misma realidad. Si nos fijamos en esa dimensión personal de los problemas, es decir, en el modo cómo los enfocamos, entonces entendemos que son importantes los medios que nos ayudan a visualizar la realidad de manera más serena.
En este sentido, las creencias religiosas nos ayudan mucho. No se trata de buscar consuelos fáciles ni de evadirse de la realidad (como sostenía Marx: “la religión es el opio del pueblo”). Más bien, se trata de descubrir la realidad profunda que nos ayuda a encontrar sentido a las dificultades.

3. Un corazón que anhela encontrar sentido. En esta línea, en su reciente homilía de la Epifanía, el Papa Francisco comentó el texto bíblico de los Magos de oriente que se dejaron guiar por una estrella para encontrar al Niño Dios, y señaló que ellos “reflejan la imagen de todos los hombres que en su vida no han dejado que se les anestesie el corazón”.
El Papa se refiere a esa búsqueda interior de cada persona, que no se deja “anestesiar” ni por las comodidades ni por el miedo a las dificultades. Esa deseo interior de encontrar el sentido a la vida es la “nostalgia de Dios”, ese anhelo interior de descubrir a Alguien más grande que nuestros problemas.

4. Una fe que supera las dificultades. En esa homilía el Papa nos exhorta a no dejarnos paralizar por el pesimismo: “La santa nostalgia de Dios nos permite tener los ojos abiertos frente a todos los intentos reductivos y empobrecedores de la vida. La santa nostalgia de Dios es la memoria creyente que se rebela frente a tantos profetas de desventura”.
Francisco también nos invita a hacer posible un mundo mejor: “La nostalgia de Dios nos saca de nuestros encierros deterministas, esos que nos llevan a pensar que nada puede cambiar. La nostalgia de Dios es la actitud que rompe aburridos conformismos e impulsa a comprometernos por ese cambio que anhelamos y necesitamos.”

Este 2017 necesitará nuestro esfuerzo para afrontar dificultades sociales y económicas (y, posiblemente, también crisis personales y familiares). Y la fe religiosa, como meditar la Biblia o rezar, sin duda podrá ser un gran medio para sacar –desde nuestro interior– un mejor “modo de ver” y así las dificultades nunca tendrán la última palabra. Así siempre tendremos motivos para celebrar la fiesta de Reyes.