viernes, 30 de septiembre de 2016

La semana de los protagonistas de la paz

Año 12, número 595
Luis-Fernando Valdés

Las buenas noticias sobre la paz cubrieron el espacio informativo de los últimos días. Vale la pena repasar esos eventos que han puesto esperanza a las difíciles gestiones para traer la concordia a las naciones en conflicto y, a la vez, pensar qué podemos hacer para no ser meros espectadores.

Histórico momento: Peres, Arafat y Rabin reciben
el premio Nobel de la Paz, en 1994.
(Foto: www.20minutos.es)
1. Funerales de Shimon Peres. El reciente 28 de septiembre, falleció este político y diplomático israelí, que recibió el Premio Nobel de la Paz en 1994, junto con Isaac Rabin y Yaser Arafat, por su participación en el “proceso de Oslo”, como se denominaron las negociaciones entre Israel y la Organización para la Liberación de Palestina, que culminó a un acuerdo de paz, conocido como el Acuerdo de Oslo.
Peres, uno de los fundadores del actual estado de Israel, fue llamado el “soñador” de la paz. A su funeral acudieron presidentes y primeros ministros de numerosos países, incluido el líder palestino. La presencia de estas personalidades es una señal clara de que las naciones alaban los esfuerzos por la paz.
El Papa Francisco declaró que Peres, con quien se reunió en varias oportunidades, fue “un hombre de paz y perseverante en los esfuerzos” para conseguirla. Además, resaltó que su legado “inspirará a todos a esforzarse urgentemente para (lograr) la paz”. (Infobae, 28 sept. 2016)

Otro gran momento para la historia: el saludo del
Presidente Santos y el líder de las FARC, Timochenko.
(Foto: bbc.com)
2. Firma de paz en Colombia. El también reciente 27 septiembre, el Presidente de Colombia, Juan Manuel Santos y el líder de las FARC, Rodrigo Londoño Echeverri (alias Timochenko), firmaron el acuerdo de paz, en territorio colombiano, en la ciudad de Cartagena.
Aún falta un paso fundamental para alcanzar definitivamente la concordia en esa nación, pues los colombianos decidirán si aprueban o no el texto mediante un plebiscito que tendrá lugar el próximo 2 de octubre.
El corresponsal de la BBC, Natalio Cosoy, destaca un suceso significativo del evento, que indica que la paz está a la puerta. “Timochenko habló primero. Mientras pronunciaba su discurso algunos alrededor mío murmuraban: ‘Que pida perdón’. Así que uno de los momentos más emotivos, que recibió una inmensa ovación, fue cuando pronunció las palabras: ‘Ofrezco sinceramente perdón’. ‘¡Al fin!’, dijo el colega a mi lado, y sentí haber protagonizado un acto inmediato de posible reconciliación o al menos tolerancia.” (BBC Mundo, 27 sept. 2016)

Histórico viaje de Francisco a Georgia, para tender
puentes con la Iglesia Ortodoxa y para buscar
la paz de ese país con Rusia. (Foto: infobae.com)
3. Viaje del Papa al Cáucaso. Francisco inició esta visita con el objetivo de impulsar la paz en esa región. Aunque el Pontífice no habló explícitamente los conflictos internos separatistas y las continuas tensiones de Georgia con Rusia, habló de la necesidad que hay en Georgia y en el mundo de aprender a superar las diferencias.
Y añadió que “esto es más necesario que nunca en el actual momento histórico, donde no faltan extremismos violentos que manipulan y distorsionan principios de naturaleza civil y religiosa para subordinarlos a oscuros planes de dominación y muerte”. (Rome Reports, 30 sept. 2016)

Sin duda, aún el mundo está lejos de alcanzar la tranquilidad y estabilidad, pues son muchas las regiones del mundo que siguen necesitando con urgencia activar negociaciones y procesos de paz. Sin embargo, es importante enfatizar que sí se han dado pasos desde la política, la sociedad civil y la religión.
Como el peso de la opinión pública es fundamental para que las partes en conflicto se sienten a negociar, hoy es buen momento para pedir a los medios que se hable de la paz no solo un día, sino continuamente. Y en esto todos podemos ser protagonistas de la paz.


viernes, 23 de septiembre de 2016

Cuando no basta la diplomacia para alcanzar la paz

Año 12, número 594
Luis-Fernando Valdés

Mientras celebramos los acuerdos de paz en Colombia, vemos con tristeza que continúan decenas de “guerras olvidadas”. ¿La paz depende solo de las negociaciones políticas? ¿Qué podemos hacer los demás para alcanzarla?

Histórica firma de la paz entre el Gobierno colombiano
y las FARC, en Cuba. Junto a la diplomacia, hacen falta
más vías para buscar la paz (Foto: rtve.es)
1. La importancia de la vía política. Para alcanzar la anhelada concordia entre partes beligerantes, el papel de las negociaciones entre gobiernos y combatientes, junto con la mediación internacional, son sin duda sumamente importantes e imprescindibles, como hemos visto recientemente en los diálogos de paz entre el Gobierno colombiano y las FARC, que han culminado con el anuncio de un acuerdo definitivo.
Sin embargo, la búsqueda de la paz social no se limita a las negociaciones diplomáticas. Existe el riesgo de pensar que las otras vías para alcanzar la armonía y la tranquilidad no son opciones viables o que no resultarán efectivas. Sin embargo, como la paz afecta al ser humano en todas sus dimensiones, personales y sociales, resulta necesario buscarla desde todos los aspectos del hombre.

2. Algo más que un equilibrio de fuerzas militares. La paz es “mucho más que la simple ausencia de guerra: representa la plenitud de la vida (cfr. Mateo 2,5); más que una construcción humana, es un sumo don divino ofrecido a todos los hombres” (Compendio DSI, 489). Buscar la plenitud y la plegaria son herramientas de paz al alcance de todos.
En efecto, la paz no se limita a la ausencia de violencia (lo cual es imprescindible), sino que apunta a que todos los ciudadanos puedan acceder a una vida lograda. Estos es importante, porque la búsqueda de la felicidad propia y ajena motiva más a buscar la paz, que el miedo que nos lleva a estar a la defensiva.
Además, conseguir esta anhela concordia implica que muchas personas cambien su interior, que dejen el odio, que deseen perdonar. Y todo eso excede las meras fuerzas humanas, por lo que es necesario que reconozcamos que se requiere una ayuda superior, sobre humana, que pueda auxiliar nuestra débil voluntad.

3. El desarrollo social, condición para la paz. Para reducir el número de conflictos bélicos en el mundo es importante poner remedio a sus causas, que suelen ser “situaciones estructurales de injusticia, de miseria y de explotación” (Compendio DSI, 498). Esto nos pone delante de otras herramientas de paz –el desarrollo y la educación–, que también está en manos de bastantes ciudadanos, no solo de los gobernantes.
Por eso, con gran sabiduría afirmaba Pablo VI que “el otro nombre de la paz es el desarrollo” (Enc. Populorum progressio, 1967, 76-77). Y a esto Juan Pablo II añadía que igual “que existe la responsabilidad colectiva de evitar la guerra, también existe la responsabilidad colectiva de promover el desarrollo”. (Enc. Centesimus annus, 1991, 52).
Y en días pasados, Francisco explicaba que “paz significa educación”. Y explicó que se trata de “una llamada a aprender cada día el difícil arte de la comunión, a adquirir la cultura del encuentro”. (Discurso, 20 sept. 2016)

Como la paz beneficia al ser humano completo (y no solo a sus dimensiones política y económica), es necesario proponer una nueva cultura de los ciudadanos en un cuidado integral de la concordia y la unidad.
Una cultura de paz que se manifieste en la búsqueda de la felicidad, en la plegaria, en la erradicación de la injusticia y la pobreza, en aprender a convivir. Y todo esto está en nuestras manos, por eso todos podemos ser artífices de la paz.


viernes, 16 de septiembre de 2016

Pedofilia en la Iglesia: ¿crimen sin castigo?

Año 12, número 593
Luis-Fernando Valdés

Con motivo de la reunión de la Comisión vaticana para la tutela de menores, vale la pena repasar qué medidas ha tomado la Iglesia Católica para combatir los abusos de menores y reflexionar en qué ayuda esto a las víctimas.

De archivo: Los miembros de Comisión Pontificia para
la Tutela de Menores, presidida por el Card. O'Malley.
(Foto: religionenlibertad.com)
1. Cercanía con los sobrevivientes de abusos. Desde el comienzo de su pontificado, Francisco ha encabezado la batalla de la Iglesia católica para combatir a los abusos a menores por parte de clérigos. Lo primero ha sido que el Papa argentino ha recibido en diversas ocasiones a víctimas de estos abusos.
El p. Hans Zollner, sacerdote jesuita y psicólogo, ha sido testigo de varios de estos encuentros y declaró recientemente a Radio Vaticana que “los Papas tienen una gran atención personal, de mucha empatía y muy cercana, hacia las personas en grandes dificultades y también hacia los que han sufrido un abuso sexual por parte de un miembro del clero” (Aciprensa, 12 sept. 2106)

2. Una comisión para combatir la pedofilia en la Iglesia. Desde su elección en 2013, el Papa Francisco expresó su interés de continuar con la obra de sus predecesores y dejó claro que la protección de menores es una de las más altas prioridades de la Iglesia Católica.
Luego de escuchar el parecer del Consejo de Cardenales, el Pontífice dio una segunda batalla cuando instituyó la Comisión Pontificia para la Tutela de Menores (CPTM), el 22 de marzo de 2014.
Esta Comisión tiene como finalidad “proponer iniciativas” para “promover la responsabilidad de las Iglesias particulares” en la protección de menores y de adultos vulnerables (Estatutos, n. 2). Esto significa que las diócesis tendrán la responsabilidad primera y directa de prevenir y atender de estos casos.

3. Medidas concretas. Después de su reciente reunión en Roma, la CPTM publicó un comunicado de prensa (12 sept. 2016) en el que da a conocer las medidas que se tomarán para apoyar a las víctimas.
Una de ellas, muy alabada por la prensa internacional, es la implementación de programas de talleres de prevención de abusos sexuales, dirigidos  a los obispos y a sus colaboradores, en los cinco continentes.
Otra medida, a petición de un sobreviviente, es la institución de una Jornada de Oración por las víctimas, que el Papa ha acogido y, a su vez, a pedido a las Conferencias Episcopales que elijan un día apropiado para esta jornada.
El comunicado de la CPTM también hizo referencia al reciente Motu Proprio “Como una Madre Amorosa” (4 jun. 2016) que entró en vigor el pasado 5 de septiembre, en el que Francisco enfrenta los casos de negligencia en el tema de abusos sexuales. Ahí el Papa decreta que, en tales casos, pueden ser removidos del oficio eclesiástico los obispos, superiores de institutos religiosos, y quienes tengan una responsabilidad en las diócesis.

Dice un refrán que “una vez ahogado el niño, se tapa el pozo”. Ciertamente, el ahogado no volverá a la vida, pero se evitarán nuevas tragedias. Aunque la Iglesia tardó décadas en enfrentar los casos de abusos de menores, la reacción de los últimos Pontífices ha sido enérgica y tiende tanto al castigo de los perpetradores como a la prevención de nuevos casos.
Con la mirada y el corazón puestos en la víctimas, sabemos que su tragedia es muy dura y sus vidas no han sido nada fáciles. También entendemos que nada –ni siquiera el castigo de sus agresores– dará marcha atrás en el tiempo, pero con sinceridad esperamos que estas medidas del Vaticano y la Jornada de oración les puedan servir como un gesto de solidaridad, como un consuelo en su dolor.

viernes, 9 de septiembre de 2016

Nueva reforma del Vaticano, ¿para qué?

Año 12, número 592
Luis-Fernando Valdés

Francisco decreta una reforma más en la Curia romana. ¿Es solo una estrategia para reducir la pesada burocracia vaticana? ¿Qué busca de fondo el Papa con esta medida?

Francisco y el Card. Turkson, Prefecto del nuevo
Dicterio para el Servicio del Desarrollo Integral.
(Foto de archivo: es.radiovaticana.va / Reuters)
1. La cuarta reforma de la Curia romana. Desde el inicio mismo de su pontificado, Francisco anunció reformas en la Curia romana. Después de crear una comisión de cardenales, conocida como “C9” (por el número de purpurados que la integran, el Papa ha hecho ya cuatro importantes reformas.
La primera de ellas fue creación de la Secretaría de Economía, que unificó todos los entes financieros de la Santa Sede. La segunda fue la Secretaría de Comunicación, que centraliza y unifica los diversos órganos de comunicación del Vaticano (periódico, radio, tv e internet). La tercera fue la recientemente creada Congregación de Vida, Familia y Laicos.
Ahora, el Pontífice creó (con fecha del 17 de agosto pasado) el nuevo Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral. En este nuevo organismo confluirán, desde el 1 de enero de 2017, las competencias de cuatro Consejos Pontificios: a) el Consejo Pontificio Justicia y Paz, b) el Consejo Pontificio “Cor unum”, c) el Consejo Pontificio para la Pastoral de los Emigrantes e Itinerantes y d) el Consejo Pontificio para la Pastoral de la Salud. (Cfr. E. Piqué, La Nación, 31 ago. 2016)

2. Con la mira en las “periferias existenciales”. En el motu proprio que decreta la creación de este Dicasterio, indica que este organismo tiene como finalidad promover “el desarrollo humano integral a la luz del Evangelio y de la doctrina social de la Iglesia” (art. 1,2).
El Dicasterio buscará atender a las personas marginadas, que se encuentran en lo que Francisco llama “periferias”, pues sus competencias abarcarán todo lo que tiene que ver con “las migraciones, los necesitados, los enfermos y los excluidos, los marginados y las víctimas de los conflictos armados y de las catástrofes naturales, los encarcelados, los desempleados y las víctimas de cualquier forma de esclavitud y de tortura” (art. 3,2).

3. Un nuevo modelo colaboración. La versatilidad para atender estas necesidades humanas es una nota importante del nuevo Dicasterio. Por ejemplo, el Papa se encargará “ad tempus” personalmente de la sección que se ocupará los inmigrantes (art. 1,4).
Otro aspecto que muestra la apertura para buscar soluciones a los problemas actuales, es que los estatutos del organismo prevén una solución inédita: que fieles laicos puedan ocupar los puestos de Secretario y Subsecretario (art. 2,1).
Los fieles laicos que trabajen en el Dicasterio pueden provenir “de las diversas partes del mundo”, porque así “se refleja el carácter universal de la Iglesia” (art. 2,2). Podemos añadir, que esta regla facilitará que se elijan a las personas con mayor cualificación para atender la compleja problemática que enfrentará el organismo.

¿Para qué esta reforma? Estos cambios en el organismo central de gobierno de la Iglesia Católica tienen como objetivo poner en práctica uno de los mensajes centrales de este Pontificado: ayudar de manera concreta y directa las “periferias existenciales”.
Además, estos cambios en la Curia manifiestan una visión muy rica de la Iglesia Católica, como una comunión de pastores y fieles laicos de todo el mundo, comprometidos en la misma misión y, por tanto, con la misma responsabilidad de ayudar a los migrantes, a los enfermos, los marginados…  y a toda persona excluida. ¡Una gran visión solidaria está detrás de esta cuarta reforma!