viernes, 28 de julio de 2017

Disturbios en Jerusalén. ¿Cómo superar la violencia religiosa?

Año 13, número 638
Luis-Fernando Valdés

Días de enfrentamientos entre fieles musulmanes y policías israelíes frente a los lugares santos. ¿Existe realmente una posibilidad de que las grandes religiones convivan en paz?

La policía israelí instaló detectores de metal
en el acceso a la Mezquita de Haram Sharif.
En protesta los musulmanes rezaron en la calle.
(Foto: El País)
1. ¿Cómo surgió esta nueva ola de violencia? El pasado jueves (27 jul. 2017), más de cien palestinos resultaron heridos en enfrentamientos con la policía, en la Explanada de las Mezquitas en la Ciudad Vieja de Jerusalén.
El reciente conflicto inició con el asesinato de dos policías israelíes, cerca del lugar santo islámico Haram al Sharif (Noble Santuario), conocido por los judíos como Monte del Templo, el pasado 14 de julio. (BBC, 14 jul. 2017)
Por ese hecho, las autoridades de Israel establecieron un cerco de control, con detectores de metales y cámaras, en torno al acceso a ese recinto. Como protesta, los fieles islámicos habían rezado en la calle durante los últimos días. Cuando el pasado jueves fueron retiradas esas instalaciones de seguridad, la afluencia de fieles se salió de control y provocó el reciente enfrentamiento con la policía. (El Universal, 28 jul. 2017)

2. De la discordia a la reunión. Jerusalén es un lugar privilegiado, pues es considerada una ciudad sagrada para los judíos, pues en el siglo X a. C, el rey David la escogió para construir ahí el Templo; para los cristianos, porque ahí murió y resucitó Jesús; y por los musulmanes, que sostienen que Mahoma (s. VII) la visitó en un viaje nocturno y ascendió a los cielos desde ella.
Desde el punto de vista religioso, los líderes de las tres grandes religiones ha hecho esfuerzos para promover la convivencia pacífica de esas tres confesiones en Jerusalén. En mayo de 2014, el Papa Francisco se reunión, el Muro de las lamentaciones mismo, con el rabino argentino Abraham Skorka, y el líder musulmán argentino, Omar Abboud. Con un inolvidable abrazo, los tres líderes formalizaron sus deseos de paz entre las religiones.

3. Cambiar de paradigmas. Cuando surgen enfrentamientos en los lugares santos, se envía un mensaje de que “las religiones fomentan la violencia y la intolerancia”. Para superar esta visión violenta de la religión, hace falta cambiar unos paradigmas, el modo de considerar la religión. Se trata de dos enfoques que ha desarrollado el cristianismo, y han funcionado.
El primero de ellos es la separación de la Iglesia y del Estado. Aunque se llegó a este cambio por una vía violenta, como la Ilustración en Francia o la Reforma en México, la experiencia ha sido importante, porque el Catolicismo se ha desligado de nacionalismos y visiones políticas, y se ha enfocado en su misión religiosa abierta a todas las personas, sin importar su nacionalidad o su ideología.
El otro enfoque es poner el acento en la “dignidad” de la persona y no en la “religión verdadera”. El Concilio Vaticano II, en la declaración “Dignitatis humanae” (1965), cambió del paradigma de los derechos de la verdad al respeto de la conciencia de cada persona.
No se trata de negar la verdad del cristianismo, sino de reconocer que la verdad religiosa no se puede imponer por la fuerza a nadie, ni se puede agredir a nadie por profesar una religión “equivocada”.

Epílogo. Paradójicamente, Jerusalén significa “casa de la paz”, pero para que así sea, las religiones que ahí convergen necesitan abordar un gran proceso cultural, para dejar de identificar la afiliación religiosa con la afiliación nacional. Junto con eso, es importante que en occidente sigamos enfatizando que la dignidad humana y el respeto a la conciencia son el fundamento de la libertad religiosa.

viernes, 21 de julio de 2017

María Magdalena y el feminismo católico

Año 13, número 637
Luis-Fernando Valdés

Celebramos la conmemoración litúrgica de Santa María Magdalena, que Francisco elevó al mismo rango que la fiesta de los Apóstoles San Pedro y San Pablo. ¿En qué consiste este gesto de reivindicación de la mujer en la Iglesia?

La figura de María Magdalena da pie a repensar
el papel de la mujer en la Iglesia, desde la igualdad
espiritual. (Foto: internet)
1. Un reconocimiento a la dignidad de la mujer. El año pasado, Francisco quiso elevar el rango litúrgico de la celebración a anual de Santa María Magdalena (22 de julio), de “memoria” a “fiesta”. Esta disposición se inscribe en el actual contexto eclesial que pide reflexionar más profundamente sobre la dignidad de la mujer, la nueva evangelización y la grandeza de la misericordia divina. (Radio Vaticana, 10 junio 2016)
El Papa ha manifestado frecuentemente que “la Iglesia no puede ser ella misma sin la mujer y el papel que esta desempeña” y que “la mujer es imprescindible para la Iglesia”. Y también ha advertido que “no hay que confundir la función (que se tiene en la Iglesia) con la dignidad”. (Entrevista, 20 sep. 2013)

2. La dignidad de la mujer y su función. El Papa desea destacar que la dignidad de la mujer es el fundamento de los roles que se pueda desempeñar en la Iglesia. Por eso, afirmó que es necesario “profundizar más en la figura de la mujer en la Iglesia”.
Y, en concreto, Francisco explico que “hay que trabajar más hasta elaborar una teología profunda de la mujer”, porque sólo después de poner ese fundamento “podremos reflexionar mejor sobre su función dentro de la Iglesia” (ibídem).

3. La igualdad espiritual. El feminismo radical utiliza un criterio para promover la igualdad de hombres y mujeres, el cual consiste en que varones y mujeres deben realizar los mismo roles directivos y laborales. Y, cuando este criterio se aplica –sin reflexión– a la vida eclesial, algunas voces feministas piden que se permitan la ordenación sacerdotal de mujeres, etc.
Pero aquella es una igualdad meramente funcional, y no va al fondo: a la igualdad espiritual, que podemos visualizar en dos momentos de la vida de Santa María Magdalena. Primero, la Magdalena fue el “primer testigo” de que Cristo había resucitado. Esto significa que ella fue la primera que puso su seguridad no en lo material o lo mundano, sino en la fe de que Jesús está vivo.
Segundo, María Magdalena fue la que primera que anunció a los discípulos que ella había “visto al Señor”, el cual le pidió ir y darle esta buena nueva a sus seguidores reunidos en el cenáculo. Por eso, dos grandes autores, Rábano Mauro y Santo Tomás de Aquino (s. XIII), la llaman “apóstola de los apóstoles”, porque anunció a los apóstoles aquello que, a su vez, ellos anunciarán a todo el mundo.
Ahí están dos claves de la igualdad en la Iglesia: tanto los varones como las mujeres están llamados a ser testigos de Cristo, y por eso ambos están llamados a poner su seguridad sólo en Jesucristo, y ambos están llamados a vivir de tal manera que su conducta ponga de manifiesto que Jesús está vivo.

Epílogo. El “feminismo” en la Iglesia no tiene nada que ver con la igualdad en los roles de servicio litúrgico o jerárquico, sino que se funda la igualdad en la fe y en la igualdad de misión de anunciar al mundo de hoy que Jesucristo vive.
De ahí que la valoración de la mujer en la Iglesia no consiste en que las católicas puedan ser ordenadas sacerdotisas, sino en que ellas mismas se decidan a ser testigos de un fenómeno religioso al que sólo se accede por la fe: que Jesús ha resucitado.

lunes, 17 de julio de 2017

La última oportunidad del ecumenismo

Año 13, número 636
Luis-Fernando Valdés

Se cumplieron 500 años de la reforma de Lutero, pero también ya son 50 años del movimiento ecuménico. Pero, ¿de qué sirve ahora la unidad de las confesiones cristianas pues la sociedad en general ya no cree en el cristianismo?


Reunidos en Wittenberg, el pasado 5 de julio, los 
representantes de las iglesias reformadas  firmaron 
el acuerdo alcanzado en 1999  por luteranos 
y católicos. (Foto: protestantedigital.com)
1. Hace 500 años.  En Wittenberg (Alemania), en 1517, Martín Lutero inició un movimiento para corregir los grandes problemas disciplinares de la Iglesia. Pero esta reforma desembocó en la división de la cristianismo y en el surgimiento de las confesiones reformadas, junto con una gran división política y cultural en Europa.
Un tema fundamental de esta división fue la Doctrina sobre la Justificación, que consiste en explicar qué tiene que hacer un pecador para recibir la salvación. En el momento inicial, la controversia se polarizó así: los luteranos enfatizaban que el pecador sólo debía creer en Cristo (la “sola fides”), mientras que los católicos subrayaban que el pecador debía manifestar esa fe con obras.

2. El diálogo ecuménico.  En 1967 inició un diálogo entre la Iglesia Católica y al Federación Luterana Mundial, que a lo largo de estos 50 años ha dado frutos estupendos, como un acuerdo en la Doctrina sobre la Justificación, en 1999.
En esa Declaración se explica que, en el fondo, las dos confesiones tienen la misma visión sobre la Justificación, pues ambas aceptan que “sólo por gracia mediante la fe en Cristo y su obra salvífica y no por algún mérito nuestro, somos aceptados por Dios y recibimos el Espíritu Santo que renueva nuestros corazones, capacitándonos y llamándonos a buenas obras”. Luego, en 2006, la Iglesia metodista reconoció esta doctrina.
Otro hito fundamental fue la “conmemoración” común entre católicos y luteranos del V centenario del inicio la Reforma, celebrada en Lund (Suecia), con la participación del Papa y de los líderes luteranos, en 2016.
Ese evento fue una obra finísima de teología y diplomacia, pues no fue una “celebración” (como si el cisma hubiera sido una victoria), sino que ambas partes “conmemoraron” los 500 años con espíritu de reconciliación, de penitencia, de perdón y de fraternidad.
Y un nuevo e importante paso se acaba de dar en el pasado 5 de julio, en la icónica ciudad de Wittenberg, porque la Comunión Mundial de las Iglesias Reformadas se adhirió oficialmente a la declaración de 1999. (News.va, 4 julio 2017)

3. Actualidad del ecumenismo.  En una reunión Consejo Mundial de la Iglesias Reformadas con el Papa en el Vaticano (10 junio 2016), Francisco recordó que el mundo de hoy experimenta una “desertificación espiritual”, especialmente “donde se vive como si Dios no existiera”.
Por eso, añadió el Pontífice, el trabajo conjunto de las diversas comunidades cristianas “están llamadas a ser cántaros’ que apagan la sed con la esperanza, presencias capaces de inspirar fraternidad, encuentro, solidaridad, amor genuino y desinteresado”.
Para Francisco, ante este mundo secularizado, si el trabajo conjunto de católicos y reformados da testimonio del amor misericordiosos de Dios, se convertirá en un “verdadero antídoto frente al sentido de desorientación y a la indiferencia que nos circundan”.

Epílogo. Como la unidad religiosa no es posible con las meras fuerzas humanas, esta unidad de las diversas confesiones cristianas es una señal –no una demostración– de que Dios sigue interviniendo en la historia.
Por eso, el ecumenismo tiene una gran oportunidad para dar esperanza a nuestra sociedad, pues la unidad de los cristianos puede hacer creíble y aceptable la fe en una cultura espiritualmente cansada.

viernes, 7 de julio de 2017

Charlie Gard: eutanasia forzada

Año 13, número 635

Luis-Fernando Valdés

El caso del bebé al que la Justicia inglesa ordenó desconectar para terminar con su vida, para evitarle más sufrimiento: ¿fue compasión o injusticia? ¿fue por cuestiones médicas o por ideología?

Connie Yates y Chris Gard, papás de Charlie,
el "icono" de las víctimas de la "eutanasia forzada".
(Foto: ahoranoticias.cl)
1. El caso clínico de Charlie.  El bebé de Chris Gard y Connie Yates de once meses nació sano, pero a los dos meses su salud comenzó a deteriorarse rápidamente. Se le diagnosticó Síndrome de Agotamiento Mitocondrial, una rara enfermedad genética que padecen solo 16 niños en todo el mundo. El mal causa debilidad muscular progresiva y, según los expertos, suele causar la muerte en el primer año de vida.
Los médicos determinaron que el pequeño tiene un daño cerebral irreversible e incurable. Por eso, pidieron a la Corte desconectar a Charlie del respirador y de la alimentación, para ayudarlo a “morir con dignidad”. (BBC, 13 jun. 2017)

2. Una esperanza, no apoyada por las autoridades.  A pesar de la sentencia, sus padres aseguran que Charlie “no está sufriendo” y que se le debería dar una “última oportunidad de vivir”. Chris consideró que su hijito “no debería morir solamente porque nunca será como otros niños, corriendo por ahí”. (BBC, 13 jun. 2017)
Los progenitores hicieron una campaña financiera para pagar un tratamiento experimental en Estados Unidos, que daría al bebé un 10 por ciento de posibilidades de mejorar su salud. Connie mencionó el caso de dos niños que una enfermedad parecida a la de Charlie, ayudados por ese tratamiento, ahora “están viviendo vidas normales desde hace un año”. (Infobae, 7 julio 2017)
El Presidente Trump apoyó que el enfermito fuera llevado a Estados Unidos y el Papa Francisco ofreció que el niño fuera recibido en el Hospital Infantil, que es propiedad del Vaticano. (Life News, 3 julio 2017)
Los médicos negaron esta posibilidad a los padres de Charlie, argumentando que ese tratamiento no le devolvería una vida normal y que sólo estarían prolongando el sufrimiento. La justicia inglesa dictó que Charlie fuera desconectado y la  Corte Europea de Derechos Humanos ratificó esta sentencia e imposibilitó el viaje a Estados Unidos o a Roma. (CNN, 5 julio 2017)

3. La respuesta de la bioética.  El caso de Charlie pone a prueba a la ética civil sobre cuándo y cómo poner fin a la vida de una persona inocente. La Justicia inglesa y la citada Corte europea, partiendo de que el niño ya no mejoraría, pusieron el acento en evitarle el dolor y sufrimiento futuros y, por eso ,ordenaron dejarlo morir, quitándole la alimentación.
Sin embargo, ese argumento pragmático no es definitivo. El experto bioeticista italiano, el Card. Elio Sgreccia, explica que no se deben confundir lo “incurable” de la enfermedad (“inguaribilità”) con el “dejar de cuidar” al enfermo (“incurabilità”).
Es decir, que aunque no se pueda devolver la salud a Charlie, si se le debe atender. Y es que “el rostro humano de la medicina se manifiesta precisamente en la práctica clínica de ‘cuidar’ la vida del que sufre y del enfermo”, escribió Sgreccia en su blog (2 julio 2017).

Epílogo. Esta decisión de la Justicia británica fue tomada más por un motivo ideológico que por una razón médica: que es preferible quitar la vida que enfrentar el sufrimiento (para el cual hoy tenemos muchos medios paliativos).
El pequeño Charlie Gard se ha convertido así en el icono de las víctimas de la “ideología de eutanasia” (Melissa Moschella) y del “ensañamiento tanatológico” (E. Sgreccia). Según esta cultura de la muerte, Charlie debe morir aunque sus padres no quieran, ni aunque la medicina dé una pequeña esperanza.