viernes, 28 de octubre de 2016

Difuntos, cenizas y prohibiciones: ¿qué dice la Iglesia?

Año 12, número 599
Luis-Fernando Valdés

La Santa Sede publicó un documento sobre la cremación de los cadáveres, que ha causado cierta confusión entre los fieles sobre la supuesta prohibición de la incineración. ¿Qué dice realmente la Iglesia? ¿Qué hay de fondo?


1. Los malentendidos. La reciente publicación de la Instrucción Ad resurgendum cum Christo, por parte de la Congregación para la Doctrina de la Fe, generó algunas noticias internacionales que ponían el énfasis en las prohibiciones respecto al uso de las cenizas de los difuntos.
En algunos casos, la manera de presentar la noticia ha producido confusión, pues sin atender al contenido del documento, se dice que la Iglesia rechaza la cremación de los cadáveres. Este fue el caso del periódico argentino “Nuevo diario”, que tituló: “El papa Francisco aprobó la instrucción que prohíbe la cremación” (25 oct. 2016)

2. ¿Por qué se publicó esta Instrucción? El documento responde a una situación actual que ha producido confusión entre los fieles católicos. Como cremación de los difuntos se ha convertido en una práctica habitual, “también se han propagado nuevas ideas en desacuerdo con la fe de la Iglesia” (n. 1).
En concreto, lo que está en juego es que no se pierda de vista un verdad central de la fe católica: la resurrección de los muertos, al final de los tiempos. A esta verdad se oponen “actitudes y rituales que impliquen conceptos erróneos de la muerte” (n. 1).
Convertir un cadáver en cenizas puede dar pie considerar equivocadamente la muerte. Por ejemplo, si piensa que la muerte es: a) la anulación definitiva de la persona, b) un momento de fusión con la Madre naturaleza o con el universo, c) una etapa en el proceso de re-encarnación, o d) la liberación definitiva de la “prisión” del cuerpo (cfr. n. 3).

3. ¿Qué dice sobre la cremación? Lo primero que la Instrucción vaticana dice sobre la cremación es que nunca ha estado prohibida a los fieles católicos, porque “no es contraria a ninguna verdad natural o sobrenatural” (cfr. n. 1).
El documento recuerda que la Iglesia “sigue prefiriendo la sepultura de los cuerpos” (n. 4), porque de esta manera se expresa mejor “la compasión y el respeto debido a los cuerpos de los fieles difuntos” y, además, se favorece “el recuerdo y la oración por los difuntos por parte de los familiares y de toda la comunidad cristiana, y la veneración de los mártires y santos” (cfr. n. 3).
A la vez, la Instrucción afirma que no hay razones teológicas para negar la cremación, cuando por “razones de tipo higiénicas, económicas o sociales lleven a optar por la cremación, ésta no debe ser contraria a la voluntad expresa o razonablemente presunta del fiel difunto” (n. 4).

4. ¿Qué es lo que se prohíbe? Como ya dijimos, el documento busca que los fieles católicos eviten prácticas que manifiesten ideas erróneas sobre la muerte y, por eso, da las siguientes indicaciones : a) conservar las cenizas en un lugar sagrado (cementerio o iglesia); b) no se permite conservar las cenizas en el hogar; c) tampoco se permite repartirlas entre los familiares; d) se prohíbe la dispersión de las cenizas en el aire, en la tierra o en el agua o en cualquier otra forma, y e) se prohíbe la conversión de las cenizas en recuerdos conmemorativos, en piezas de joyería o en otros artículos (cfr, n. 5-7).

Más allá de indicaciones o prohibiciones, esta instrucción nos recuerda que los creyentes tenemos una gran esperanza que nos ayuda a sobrellevar la muerte: la certeza de que nuestros cuerpos volverán a la vida. La muerte no es para siempre.


viernes, 21 de octubre de 2016

Juan Pablo II, ¿un legado ya olvidado?

Año 12, número 598
Luis-Fernando Valdés

A 38 años de la elección del Papa polaco, quien recorrió el mundo entero y se ganó el corazón de creyentes y no creyentes, ¿la gente lo sigue recordando? ¿qué queda del legado de Juan Pablo II?

Hace 38 años fue elegido Karol Wojtyla, que tomó
el nombre de Juan Pablo II y dejó un gran legado
a la Iglesia y al mundo. (Foto: aciprensa.com)
1. Entre el recuerdo y el olvido. Juan Pablo II fue elegido Papa, el 16 de octubre de 1978, y el día 22 de ese mismo mes celebró la Misa de inicio de Pontificado, en la que pronunció aquellas inolvidables palabras: “¡No tengáis miedo de acoger a Cristo y de aceptar su potestad! … ¡No tengáis miedo! ¡Abrid, más todavía, abrid de par en par las puertas a Cristo!”. (En: Vatican.va) [video]
El Pontificado de Juan Pablo II duró 27 años, de manera que somos varias las generaciones que crecimos con él. Esta Papa era un personaje habitual de los noticieros y de nuestras conversaciones: emprendía viajes apostólicos cada pocos meses, publicaba encíclicas o exhortaciones prácticamente cada año, escuchábamos frecuentes anécdotas de su cercanía y buen humor… y, al final, seguíamos mucho las noticias sobre sus enfermedades y su agonía.
Pero como es lógico, las nuevas generaciones que no conocieron a Juan Pablo, sólo tienen como punto de referencia el testimonio de sus mayores y lo que han visto en videos. Además, en la Iglesia la figura del Papa ha continuado con personajes extraordinarios como Benedicto XVI y Francisco. Por eso, quizá a algunos les podría parecer que el gran Papa polaco ha caído en el olvido.

2. Un legado doctrinal y pastoral vigente en la Iglesia de hoy. En ocasiones, un personaje de la talla de Juan Pablo II corre el peligro de ser recordado sólo por sus gestos de gran humanidad (su simpatía, el dar voz a los que no la tenían, etc.), pero no tanto por sus grandes aportaciones doctrinales y pastorales.
El legado de san Juan Pablo es muy importante y vigente, pues a él le debemos la edición de la Neovulgata (la versión oficial de la Biblia en latín), el Catecismo de la Iglesia Católica (que es la pauta doctrinal oficial y común para los mil cien millones de católicos del mundo) y el Código de Derecho Canónico y el Código de los cánones de las Iglesias católicas orientales (los cuales recogen las Leyes que regulan la vida de toda la Iglesia).
Además, los numerosos sínodos de obispos que presidió este gran Pontífice dieron lugar a importantes documentos sobre la vida religiosa de los fieles católicos en los cinco continentes (como las exhortaciones “Ecclesia in América”, “Ecclesia in Europa”, etc.).
A estos habría que añadir los textos referentes a los laicos, a la formación de los sacerdotes o a la familia en la sociedad contemporánea, junto con los grandes documentos sobre el ecumenismo y sobre la Doctrina Social de la Iglesia.
Esta pequeña muestra de su magisterio es suficiente, para ver que Juan Pablo II estableció las bases doctrinales y pastorales, que han permitido que la Iglesia de hoy se haya adecuado al modelo establecido por el Concilio Vaticano II.

La vida del Papa polaco es muy inspiradora también hoy, porque fue un hombre de enamorado del Dios hecho hombre, Jesucristo, y de la Virgen María, y porque gastó su vida y su salud por el bien la Iglesia y por todas las causas nobles del ser humano.
Sin embargo, el gran legado por el que debe ser recordado en los siguientes siglos consiste en que, junto con el beato Pablo VI –otra gran figura aún por descubrir–, Juan Pablo II es el gran constructor de la Iglesia Católica contemporánea, abierta a “los gozos y las esperanzas, las tristezas y las angustias de los hombres de nuestro tiempo” (“Gaudium et spes”, n.1).


sábado, 15 de octubre de 2016

El drama de los niños migrantes

Año 12, número 597
Luis-Fernando Valdés

El fenómeno de los menores de edad que dejan su país natal para buscar mejores oportunidades de vida y trabajo es una gran “crisis silenciosa”, ya que no se suele hablar de las tragedias que diariamente viven miles de niños y niñas que cruzan ilegalmente las fronteras. ¿En qué consiste este drama?

Niños migrantes detenidos en la frontera de
Estados Unidos y México (Foto: vanguardia.com.mx)
1. La migración de menores en cifras. Las asociaciones humanitarias denuncian la desaparición de cerca de 10,000 menores inmigrantes tras su llegada a Europa. Y sólo en Italia han llegado 16,800 menores no acompañados en lo que va de año, que acaban desapareciendo, viviendo en la calle o en centros de detención. (Noticias Terra, 13 oct. 2016)
En América Latina las cifras son también son altas. Según un informe de la Cámara de Diputados de México, tan solo en 2009, fueron deportados 21,220 migrantes mexicanos menores de edad; y México devolvió a 4,010 menores de 18 años procedentes de Centro y Sur América. (La migración infantil, un problema acuciante, 2009, 2.2)

2. Los duros problemas de los menores migrantes. Un informe de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) describe que a los menores migrantes, por carecer de documentación, muchas veces, “se les impide acceder a servicios básicos tales como la educación y la atención sanitaria”.
Señala también que “los niños migrantes corren un gran riesgo de explotación y son susceptibles de caer víctimas del trabajo infantil”, y que “algunos de estos niños y niñas son víctimas de trata”.
Con frecuencia, añade el informe, “los niños migrantes experimentan maltratos, tales como aislamiento, violencia, malas condiciones de trabajo, omisión del pago de salarios y la amenaza de ser denunciados a las autoridades”. (OIT, Migración y trabajo infantil)

3. El drama de la repatriación de los menores. El procedimiento para devolver a los menores a su país de origen es muy duro. Según la UNICEF México, es frecuente por parte de los menores migrantes “sufrir maltrato institucional en el momento de la repatriación”. (Niñez migrante en las fronteras)
Según el ya citado informe de los diputados mexicanos, los indocumentados sufren vejaciones como “amenazas e insultos, repatriación sin recuperación de bienes personales y cancelación de documentos injustificadamente, abuso de autoridad y extorsión, golpes y lesiones y lo peor, abuso sexual de mujeres” (Un problema acuciante, cit., p. 2)

4. Una voz por los niños migrantes. Ante este panorama desolador, Francisco acaba de dedicar a los niños inmigrantes, “los más vulnerables y sin voz”, el mensaje para Jornada Mundial del Inmigrante y el Refugiado del 2017 (fechado el 13 oct. 2016).
Ahí el Papa denuncia que las autores de los países de llegada no atienden a los niños migrantes, sino que, en lugar de favorecer su integración social, o de facilitarles “programas de repatriación segura y asistida”, se busca “sólo impedir su entrada, beneficiando de este modo que se recurra a redes ilegales”.
Francisco explica la dura situación de estos menores, cuando son detenidos: “puesto que no tienen dinero para pagar la fianza o el viaje de vuelta,  pueden permanecer por largos períodos de tiempo recluidos, expuestos a abusos y violencias de todo tipo”.

La solución al problema de los menores migrantes corresponde primero a los gobiernos de las naciones que se comprometieron a implementar a la Convención de las Naciones Unidas sobre los derechos del niño (1989). Pero también nos toca a todos los ciudadanos, como actores de la opinión pública, hacer que este drama no caiga en el olvido.

viernes, 7 de octubre de 2016

Francisco, transexuales e ideología de género: ¿hasta dónde?

Año 12, número 596
Luis-Fernando Valdés

El Papa Francisco se ha mostrado muy abierto hacia las personas transexuales y, a la vez, es claro y directo para mostrar su desacuerdo con la ideología de género. ¿Es posible oponerse a esa ideología sin rechazar a las personas que sufren por su sexualidad?

Diego Neria, persona transexual, a la derecha, fue recibido
   junto con su pareja Macarena, 
en visita privada, por Francisco,
 el 24 de enero de 2015. 
(Foto: abc.es)
1. La ideología de género, “enemiga del matrimonio”. Durante un encuentro con sacerdotes y agentes de pastoral, en Tiflis (Georgia), Francisco recordó una vez más que el matrimonio entre un hombre y una mujer “es la cosa más bella que Dios ha creado”.
El Pontífice denunció también que actualmente “hay una guerra mundial para destruir el matrimonio”. El Papa advirtió de “un gran enemigo del matrimonio, que es la teoría de los géneros”, y advirtió que actualmente “no se destruye con las armas, se destruye con las ideas. Hay una colonización ideológica que destruye”. (Aciprensa, 1 oct. 2016)

2. Rechazo a la ideología, pero no a las personas. En el avión papal, a la vuelta de Azerbaiyán, el periodista Josh McElwee le preguntó: “¿Qué cosa diría a una persona que ha sufrido por años con su sexualidad?. Se siente verdaderamente que es un problema de biología, que su aspecto físico no corresponde a lo que él o ella considera su identidad sexual. Usted, como pastor y ministro, ¿cómo acompañaría a estas personas?”
Francisco explicó que se puede acoger al que sufre, y a la vez no aceptar la ideología de género. “Las personas se deben acompañar como las acompaña Jesús. Cuando una persona que tiene esta condición llega hasta Jesús, Jesús no le dirá seguramente vete porque eres homosexual. No. Lo que yo he dicho, es esa maldad que hoy se hace en el adoctrinamiento de la teoría del género.”
Y abundó así: “Una cosa es que una persona tenga esta tendencia, esta opción, e incluso que cambie de sexo, y otra cosa es la hacer la enseñanza en la escuela en esta línea para cambiar la mentalidad. A esto yo llamo colonizaciones ideológicas.” (Aciprensa, 2 oct. 2016)

3. Acoger a quien sufre por su sexualidad. Francisco respondió largamente a esa pregunta, y dijo que siempre ha “acompañado personas con tendencia homosexual y también con prácticas homosexuales”, y que “nunca he abandonado a nadie, esto que quede claro”.
Contó el Papa que el año pasado recibió un carta de un español, que le contaba que había sufrido mucho porque él se sentía varón, pero físicamente era mujer; y se hizo una cirugía para cambiar de sexo. “Luego se casó, cambió su identidad civil y me ha escrito una carta y para él era un consuelo venir con su esposa.” Y el Santo Padre los recibió en el Vaticano. (Ibídem)
Por su parte, esta persona, Diego Neria, al saber que había sido citado por el Papa, dijo al periódico español ABC que “para mí, como católico, es un mundo que haya hecho eso, que haya contado mis dificultades y que haya reconocido que conoce mejor la transexualidad a raíz de mi caso. Me ha servido, sobre todo, para mi tranquilidad espiritual.” (abc.es, 5 oct. 2016)

Al Papa Francisco solo se puede entender si se escucha completo su mensaje, por eso pidió no ser mal interpretado: “Por favor no digan ‘el Papa santificará a los trans’… Si hay alguna duda en lo que he dicho, quiero ser claro: es un problema de moral, es un problema humano y se debe resolver como se puede, siempre con la misericordia de Dios, con la verdad… Siempre así, con el corazón abierto.”
Entonces, rechazar la ideología de género no supone rechazar a quienes tienen problemas. Y dar respuestas a quien sufre no significa cambiar la doctrina católica, sino “caminar juntos” hasta donde sea posible.