viernes, 27 de julio de 2018

Las profecías de Pablo VI

Año 14, número 689
Luis-Fernando Valdés

Hace 50 años, en la Humanae
Vitae, Pablo VI visualizó
los efectos morales y sociales
que acarrearía el uso de
métodos anticonceptivos.
Hace 50 años fue recibida la encíclica Humanae Vitae con grandes polémicas, pero hoy la historia parece dar la razón a Pablo VI, pues se han cumplido sus advertencias sobre el peligro para la mujer y el control de la población. ¿Quién era este Papa-profeta?

1. Una figura para descubrir. Giovanni Battista Montini (1897-1978) fue un importante hombre de Iglesia durante los pontificados de Pío XII y Juan XXIII, y luego fue el Papa que guió el desarrollo y la culminación del Concilio Vaticano II. 
Pero la publicación de la encíclica Humanae Vitae (25 de jul. de 1968), en la que afirmaba el rechazo de la Iglesia Católica a los anticonceptivos, lo envolvió en una impopularidad mediática. Después de su muerte, el gran carisma de Juan Pablo II terminó por eclipsar su figura.
El Papa Francisco ha retomado muchas enseñanzas de Pablo VI, a quien cita con frecuencia, y ha anunciado que lo canonizará el próximo 14 de octubre. A cincuenta años de aquella profética encíclica, la agudeza y el discernimiento del Papa Montini son un tesoro por redescubrir. 

2. ¿Por qué es “profética” la Humanae Vitae? Esta encíclica abordó un tema que resultaba novedoso en su momento: la aparición de la píldora anticonceptiva, que planteaba el siguiente problema. Si la Iglesia aprueba que los esposos utilicen los periodos infértiles de la mujer, ¿qué pasa si una pastilla puede prolongar indefinidamente esa fase infértil?
Pablo VI supo ver más lejos de lo meramente práctico del planteamiento e hizo una serie de observaciones que apuntan a lo “no evidente” del asunto, como la dignidad de la mujer y la inseparabilidad de los aspectos unitivo y procreativo del acto sexual.
Además, este Pontífice supo visualizar las consecuencias que tendría el uso de anticonceptivos y que afectarían a los jóvenes y al control del crecimiento de la población mundial, y por eso ha sido llamado “profeta de nuestro tiempo”.

3. Las predicciones de Pablo VI. En el n. 17 de esa encíclica, el Papa advertía de cuatro consecuencias que vendrían con la regulación artificial de la natalidad. Primera, “el camino fácil y amplio que se abriría a la infidelidad conyugal”. Segunda, la “degradación general de la moralidad”, pues la debilidad humana y la curiosidad de los jóvenes tendrían un medio que facilita el no seguir la ley moral. 
El tercer efecto mira hacia el respeto de la mujer, pues cuando el varón, sin preocuparse más del equilibrio físico y psicológico de la mujer, la considerará “como simple instrumento de goce egoísta y no como a compañera, respetada y amada”.
Finalmente, con valentía Pablo VI anunció que la aprobación de los anticonceptivos daría lugar a que los gobernantes intervengan en “lo más personal y más reservado de la intimidad conyugal”. 
Y, por eso, Pablo VI lanzó un cuestionamiento de gran actualidad: “¿Quién impediría a los gobernantes favorecer y hasta imponer a sus pueblos, si lo consideraran necesario, el método anticonceptivo que ellos juzgaren más eficaz?”

Epílogo. Pablo VI es un gran personaje de nuestra época, precisamente porque supo distinguir entre el verdadero desarrollo y el falso progreso. El Papa Montini fue muy valiente, pues desafió un principio predominante de nuestra época: “si la técnica lo puede conseguir, entonces lo debemos aceptar como algo bueno”.
Estamos ante un gran profeta de nuestros días que fue firme en defender la dignidad la mujer, el matrimonio y la familia, sin dejarse llevar por la presión de la opinión pública. La doctrina de la Humanae Vitae de Pablo VI sigue siendo válida hoy, para entender la dignidad de la mujer y la grandeza del amor humano que transmite la vida. 

sábado, 21 de julio de 2018

Centenario de Mandela, ¿superado el apartheid?

Año 14, número 688
Luis-Fernando Valdés

El 16 de julio se cumplieron 100 años del natalicio
de Nelson Mandela, quien consiguió abolir la política
 de segregación racial en Sudáfrica. (Foto)
El mundo festeja los 100 años del natalicio de Nelson Mandela, el líder sudafricano que venció la batalla pacífica contra la segregación racial. Pero los datos son fríos y la discriminación por motivos raciales continua en pleno siglo XXI. Por eso, el legado de “Madiba” es muy importante también hoy.

1. De activista a presidente. Nelso Rolihlahla Mandela (1918-2013), también conocido por su nombre tribal, “Madiba”, fue un abogado, activista contra el apartheid, político y filántropo sudafricano. Fue el primer presidente de su país elegido democráticamente y gobernó de 1994 a 1999.
En 1962 fue arrestado y acusado de conspiración para derrocar al gobierno. Condenado a cadena perpetua, estuvo 27 años en prisión, pero por la mediación de campañas internacionales fue liberado en 1990. En medio de una gran convulsión social, intervino en las negociaciones políticas con el presidente Frederik de Klerk para abolir el apartheid.

2. La lucha de Madiba. “Apartheid” significa “separación” en afrikáans, que es la lengua holandesa hablada en áfrica, y fue el nombre de un sistema de segregación racial en Sudáfrica, que consistía en la creación de lugares separados, tanto habitacionales como de estudio o de recreo, para los diferentes grupos raciales, en el poder exclusivo de la raza blanca para ejercer el voto y en la prohibición de matrimonios entre blancos y negros.
Mandela apoyó las manifestaciones pacíficas contra este sistema, y por eso fue arrestado y enjuiciado. La declaración de Mandela en ese juicio se hizo célebre: “He luchado contra la dominación de los blancos y contra la dominación de los negros. He deseado una democracia ideal y una sociedad libre en que todas las personas vivan en armonía y con iguales oportunidades. Es un ideal con el cual quiero vivir y lograr. Pero si fuese necesario, también sería un ideal por el cual estoy dispuesto a morir.”

3. “El largo camino hacia la libertad”. Ése es el título de la autobiografía de Mandela, y son palabras vigentes, porque el racismo sigue presente en los países donde persiste la pobreza y la desigualdad. 
Según un documento de la Comisión de la ONU para América Latina (CEPAL), “los pueblos indígenas, afrolatinos y afrocaribeños de la región han padecido siglos de exclusión y la mayoría de ellos vive ahora en situación de pobreza”.
Según informó el Washington Post, la nación con mayor proporción de racistas resultó ser Hong Kong, donde aproximadamente el 71,8% se negó a vivir junto a una persona de diferente raza. Luego siguen Bangladesh, con el 71,7%; Jordania, con 51,4%; y la India, con 43,5 por ciento.

4. Formas nuevas de racismo. La Santa Sede ya desde 1988 alertaba sobre las “formas inéditas de racismo” (ver). Se trata de los no nacidos que son sometidos a experimentos, a través de las técnicas de procreación artificial, la utilización de “embriones sobrantes”, la clonación terapéutica, abortos para extraer los órganos, etc.
De esta manera, se ha creado una nueva “subcategoría de seres humanos” destinada esencialmente al confort de algunos. Esos bebes no nacidos están sometidos a una “nueva y terrible forma de esclavitud”.

Epílogo. En septiembre de 1995, Juan Pablo II, en una visita a Sudáfrica, afirmó que “la solidaridad es … la respuesta necesaria para superar el complejo fracaso moral constituido por los prejuicios raciales y las rivalidades étnicas”.
Como esa solidaridad tiene su fundamento en que todos los seres humanos hemos sido creados a imagen de Dios, y por eso tenemos el mismo origen y un idéntico destino, sigue vigente la contribución del mensaje cristiano para superar la discriminación racial.


sábado, 14 de julio de 2018

Se extinguen los cristianos de Medio Oriente

Año 14, número 87
Luis-Fernando Valdés

Los cristianos sirios, egipcios e iraquíes, tanto católicos como ortodoxos, están desapareciendo de Medio Oriente por causa de la violencia y los desplazamientos forzados, ante el silencio internacional. El Papa y los patriarcas ortodoxos se reunieron en Bari para apoyarlos.

Las migraciones forzadas en Medio Oriente
está reduciendo el número de cristianos.  (Foto)
1. ¿Por qué se reunieron en Bari? En esta ciudad marítima del sureste italiano se conservan las reliquias de San Nicolás, obispo de Myra (hoy Turquía) en el s. IV, y que es venerado tanto por católicos como por ortodoxos, por eso Francisco dice que Bari es “ventana abierta al cercano Oriente”. 
Ahí se reunieron el pasado 7 de julio, el Obispo de Roma y los Patriarcas de las diversas Iglesias cristianas ortodoxas, en un gesto ecuménico, para rezar por la paz de Medio Oriente, pues los fieles cristianos están desapareciendo de esa región con motivo de los desplazamientos provocados por “una densa nube de tinieblas: guerra, violencia y destrucción, ocupaciones y diversas formas de fundamentalismo, migraciones forzosas y abandono, y todo esto en medio del silencio de tantos y la complicidad de muchos”, como denunció el Papa.
El Pontífice lamentó el éxodo de cristianos: “Oriente Medio se ha vuelto una tierra de gente que deja la propia tierra”. Y explicó que existe el riesgo de que “se extinga la presencia de nuestros hermanos y hermanas en la fe, desfigurando el mismo rostro de la región, porque un Oriente Medio sin cristianos no sería Oriente Medio”. (News.va, 7 jul. 2018)

2. “Una indiferencia que mata”. Después de la reunión en la basílica de San Nicolás, el Papa y los patriarcas fueron al malecón, para un encuentro de oración por los cristianos de medio oriente y por “tantas personas que viven en situación de gran sufrimiento”.
Con mucha fuerza y claridad, Francisco hizo una denuncia al sistema internacional: “La indiferencia mata, y nosotros queremos ser una voz que combate el homicidio de la indiferencia. Queremos dar voz a quien no tiene voz, a quien solo puede tragarse las lágrimas, porque Oriente Medio hoy llora, sufre y calla, mientras otros lo pisotean en busca de poder y riquezas.” (Vatican Insider, 7 jul. 2018)

3. Los nuevos Hiroshima y Nagasaki. Un poco más adelante, el Papa argentino también hizo una fuerte condena contra la guerra en Medio Oriente, e hizo una referencia a los últimos combates en Siria, “que han provocado un enorme número de desplazados, expuestos a sufrimientos terribles”. 
Explicó el Santo Padre que “la guerra es hija del poder y la pobreza” y dijo que la guerra “se vence renunciando a la lógica de la supremacía y erradicando la miseria”. También señaló que la violencia “se alimenta siempre de armas” y denunció las “desenfrenadas carreras de rearme”.
El Pontífice pidió aprender de la Historia: “no dejemos de lado las lecciones de Hiroshima y Nagasaki, no convirtamos las tierras de Oriente (…) en oscuras extensiones de silencio”. Además, el Papa también apuntó hacia la ambición petrolera: “basta de la sed de ganancia, que no se detiene ante nadie con tal de acaparar depósitos de gas y combustible, (…) y sin ningún escrúpulo en que el mercado de la energía dicte la ley de la convivencia entre los pueblos”. (Vatican Insider, 7 jul. 2018)

Epílogo. Los cristianos han estado en Medio Oriente desde hace dos mil años e incluso antes de que Mahoma fundara el Islam. Son parte de la historia y de la cultura de sus países. Por eso, Medio Oriente no se puede entender sin la presencia de los creyentes en Cristo.
Por eso hoy es importante destacar que estos cristianos no están regresando a Occidente, sino que están siendo “arrancados” de su tierra, por las guerras del petróleo y algunos fundamentalismos, que también afectan a los musulmanes. El bien de la economía mundial no es suficiente justificación para dejar a pueblos sin hogar. 

sábado, 7 de julio de 2018

Para dar voz a los migrantes

Año 14, número 686
Luis-Fernando Valdés

Hace cinco años, Francisco, recién elegido Papa, nos sorprendió con un viaje a la isla de Lampedusa, icono del drama de los que emigran hacia Europa. Esa visita marcó un aspecto central de su pontificado: la defensa de los migrantes. ¿Qué solución propone el Pontífice?

Rescate en el Mediterráneo. Con frecuencia naufragan
los balseros que van hacia Lamepedusa (Italia).
El Papa alabó la tarea de los rescatistas. (Foto)
1. A cinco años de Lampedusa. Fue el 8 de julio de 2013, a sólo tres meses del inicio de su Pontificado, cuando el Papa visitó la isla italiana de Lampedusa, puerto por donde llegan cada día centenares de balseros a Europa y, a la vez, sitio donde mueren ahogados muchos de ellos.
En aquella ocasión, Francisco expresó que hacía esa visita para “despertar nuestras conciencias, para que lo que ha sucedido no se repita”. Para recordarlo, el reciente 6 de julio, el Papa celebró una Misa en la Basílica de San Pedro, en la que participaron migrantes y socorristas.

2. Una respuesta a medias. En la homilíade esa Misa, el Pontífice recordó que en aquel viaje hace cinco años, él se hizo eco del “perenne llamado a la humana responsabilidad”, tomado de Génesis 4: “¿Dónde está tu hermano?, la voz de su sangre grita hasta mí”. Y lamentó que las respuestas a esta llamada –aun siendo generosas– “no han sido suficientes” y, en consecuencia, “hoy nos encontramos llorando a millares de muertos”.

3. Injusticias contra los migrantes. El Papa denunció también el silencio ante las injusticias que se comenten contra los migrantes. Se trata más bien de muchos silencios: “el silencio del sentido común, el silencio del ‘siempre se ha hecho así`, el silencio del ‘nosotros’ contrapuesto al ‘vosotros’.”
Francisco, una vez más, insistió que los migrantes y los refugiados “son víctimas de esa cultura del descarte”, es decir, de una mentalidad que considera que las personas son seres desechables cuando no se les considera útiles.
También habló de la “hipocresía estéril” de quien no quiere “ensuciarse las manos”, la cual es una “tentación muy frecuente también en nuestros días”, que se traduce en “una cerrazón respecto a quienes tienen derecho, como nosotros, a la seguridad y a una condición de vida digna, y que construye muros ―reales o imaginarios― en vez de puentes”.

4. Una respuesta práctica. El Obispo de Roma repitió su propuesta práctica para ayudar a los migrantes. “Frente a los desafíos migratorios de hoy, la única respuesta sensata es la de la solidaridad y la misericordia”, dijo.
Según el Papa ésta es “una respuesta que no hace demasiados cálculos”, pero exige “una división equitativa de las responsabilidades, un análisis honesto y sincero de las alternativas y una gestión sensata”. 
Se trata de “una política justa es la que se pone al servicio de la persona, de ‘todas’ las personas afectadas; que prevé soluciones adecuadas para garantizar la seguridad, el respeto de los derechos y de la dignidad de todos; que sabe mirar al bien del propio país teniendo en cuenta el de los demás países, en un mundo cada vez más interconectado”.

Epílogo. La voz del Papa, en este mundo globalizado, sigue siendo “la voz de los que no tienen voz” (frase acuñada por Juan Pablo II). La cercanía de Francisco a los migrantes es fundamental, porque los migrantes quedan en “tierra de nadie”: lejos de su patria y sin derechos en un país ajeno. 
Por ahora, la voz del Pontífice es un medio importante para que la opinión pública internacional no deje a los migrantes en el olvido y para que exigir que sean respetados los derechos de quienes quedan al desamparo, lejos de su tierra, lejos de los suyos.