domingo, 3 de enero de 2010

Homosexualidad y adopción

Luis-Fernando Valdés

La Asamblea Legislativa del Distrito Federal aprobó una ley, que equipara las uniones entre personas homosexuales con el matrimonio entre un varón y una mujer. Además, esta ley contempla la posibilidad de que esas parejas homosexuales puedan adoptar niños. La reacción ha sido un enfrentamiento de posiciones, entre algunos legisladores locales del PRD y la Arquidiócesis de México. Al margen de la polémica, necesitamos una argumentación seria que permita el diálogo.

En primer lugar, quienes manifiestan tendencias homosexuales son –ante todo– personas y ciudadanos como los demás, por lo que merecen respeto y un trato cordial. Pero respetarlos, no excluye que la homosexualidad sea puesta a crítica, pues es un fenómeno que requiere reflexión y revisión. Una cosa es el respeto y otra el dogmatismo.
Se suele confundir el respeto a los sentimientos de las personas homosexuales, con concederles derechos. Pero no es lo mismo. Como le pasa a cualquier adulto, en los homosexuales existe una inclinación afectiva natural a la paternidad y maternidad: entendemos que tengan el deseo de ser padres o madres. Sin embargo, aunque esa tendencia exista, es obvio que estas parejas están imposibilitadas para tener un hijo. Entonces, ¿se les debe conceder un derecho a la adopción, para vencer el impedimento biológico?

Llegamos al punto central. Parecería una discriminación no otorgarles el derecho a adoptar, pues “se les privaría” del derecho a realizar el deseo de paternidad o maternidad. Hay que observar como la parte subjetiva de esas personas (su deseo de ser padre o madre), se impone sobre la parte objetiva: el menor mismo que es adoptado.
Lo fundamental en la adopción no son los padres que desean tener un hijo, sino el menor de edad. La finalidad de la adopción es custodiar el derecho inalienable del menor a ser educado y formado dentro de la sociedad. Se trata de un derecho del menor, que ordinariamente es ejercido en el seno de una familia. Cuando ésta falta, el Estado puede otorgar la tutela, la custodia y la educación de un menor, para que alcance la adecuada instrucción y logre insertarse en la sociedad.
La identidad de género es esencial para cada persona, y se alcanza mediante la educación familiar. El niño necesita de estímulos –que encuentra originalmente en la familia– para realizarse como un adulto normal: estímulos cognitivos, para aumentar su inteligencia; afectivos, para sentirse seguro; perceptivos, para saber interpretar el significado de lo que capta a través de los sentidos; sociales, para descubrir el valor del otro; y morales, para formarse una conciencia ética. De igual manera, el niño aprenderá la identidad de género, de quienes lo rodeen en su infancia.
El Estado debe tutelar que sólo puedan adoptar a un menor, quienes reúnan un mínimo de cualidades para que el menor crezca adecuadamente, en todos los sentidos. Al adoptar a un menor, lo primero es respetar su condición de ser, su identidad.
Entonces, otorgarles el derecho de adopción a las parejas homosexuales constituye un atropello sobre los menores, pues se pone por encima de su educación el deseo de paternidad o maternidad, aunque tal deseo los pueda lastimar en su identidad de género. En el fondo, aunque no es fácil percibirlo cuando hay apasionamiento, se toma al menor como un “objeto”, que es “usado” para satisfacer un deseo, por más sublime que éste sea. Pero una persona no puede ser usada, pues, como afirmó Emmanuel Kant, el ser humano nunca es un medio sino que siempre es un fin.

Correo: lfvaldes@gmail.com
http://columnafeyrazon.blogspot.com

4 comentarios:

  1. Me parece muy interesante el artículo y el blog. Invito a profundizar estos temas en una página especializada al respecto:
    http://www.esposiblelaesperanza.com/
    Ánimo y adelante. Roberto. Nicaragua

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  2. ¡Totalmente de acuerdo, mi querido padre!

    No existe semejante cosa como el 'derecho a la paternidad', homosexual o heteresoxual, en dado caso.

    Yo estuve más o menos a favor de las mentadas sociedades de convivencia... De hecho, el día que las aprobaron, llegó un jesuita a la casa con un pastel para celebrarlo (se lo habían regalado por otra cosa, pero eso nos dijo), por lo que un par de jesuitas mayores le reclamaron: '¡¿Cómo vamos a celebrar eso?!'. Y él respondió: 'Ya somos legales'. '¡¿Somos?! ¡¿Quiénes?!'. 'Nosotros. Esta "sociedad de convivencia": de diez hombres que, sin ser parientes, vivimos juntos'. Tenía toda la razón, y así celebramos ese día con pastel. Yo, sin embargo, no creo que el Estado deba de reconocer nada... como si las personas necesitaran de alguien que avale su vida privada. Yo sería de la idea de abolir del todo el matrimonio civil, de una u otra especie. Pero, en fin, ése soy yo.

    El punto crucial, como apuntas certeramente, es el de la adopción. Y comparto completamente tu opinión.

    ¡Un saludo!

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  3. Encuentro que usa usted demasiados eufemismos para enmascarar y defender la intolerancia del credo de la Iglesia que usted representa.

    Al final del primer párrafo: Por argumentación "seria" quiere decir "PARCIAL", en lugar de "diálogo" debería decir "la IMPOSICIÓN del punto de vista de la Iglesia Católica"

    Lo que se quiere decir en realidad en el 2do. párrafo... "Pero la TOLERANCIA que nos vemos obligados a APARENTAR, no excluye que la homosexualidad deba ser CONDENADA (así lo ordenó el gran dios misógino, genocida e iracundo del A.T.)...
    Una cosa es el FINGIR TOLERANCIA y otra el cuestionar nuestros PREJUICIOS sobre los anormales esos.

    "Se suele confundir el respeto a los sentimientos de las personas homosexuales, con concederles derechos"... esta oración me parece una muestra maestral del tipo de incoherencias a las que se incurrirá inevitablemente al manejar un doble discurso. O sea que los homosexuales, a pesar de ser ciudadanos y personas -como usted "generosamente" reconoció en párrafos anteriores- no merecen derechos, sólo respeto porque son seres "que sienten" (¿igual que los animalitos no?)...

    La supuesta lógica de su argumento principal de que "otorgarles el derecho de adopción a las parejas homosexuales constituye un atropello sobre los menores, pues se pone por encima de su educación el deseo de paternidad o maternidad, aunque tal deseo los pueda lastimar en su identidad de género" no es más que una repetición disimulada de las creencias irracionales y dogmáticas basadas en meros prejuicios sobre lo homosexualidad (cuantas veces tenemos que repetir que NO todos los homosexuales son promiscuos ni llevan estilos de vida sórdidos al igual que no todos los heterosexuales son ejemplos de santidad, ¿hasta cuando admitirán la opinión de los expertos de que la orientación sexual es algo con lo que se nace?...

    Sí lo que estamos tratando de impedir es que los menores puedan ser usados como "objetos"... entonces ¿porqué no oponerse a que a los católicos se reproduzcan con tanta facilidad?
    dado que es muy probable que esas personas ni siquiera estén capacitadas para ser padres -basta recordar que la mayoría de los criminales en este país se consideran católicos, que muchas personas jóvenes se casan coaccionados porque "metieron la pata"-, y que los niños producto de esa relación sólo sean un medio para consagraciarse con su dios que les ordena que se multipliquen como ganado. Sí eso no es utilizar a los hijos como objeto, yo no sé que es.

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  4. Estimado Luis Fernando:

    Es evidente que el tema de la homosexualidad es atractivo por polémico y permite muchas opiniones.

    Sin embargo, es un asunto tan serio que requiere estudio y mucha reflexión. Me da un poco de pena leer opiniones escritas, que en uso de su libertad de expresión (que respeto), se dedican a atacar la postura de la Iglesia Católica sin conocerla. Suelen, además, hacer uso de un argumento ad hominem, diciendo que en la Iglesia hay casos de pederastia, (que lamento profundamente), que le impide hablar del asunto por carecer de calidad moral.

    Desde hace varios años he atendido de la mejor forma posible y con magníficos resultados a un buen número de personas con tendencia homosexual. Lo anterior me ha llevado a estudiar a fondo el asunto. Muchos de los textos estudiados los he publicado en: http://www.encuentra.com/portada_seccion.php?id_sec=136 Espero que a más de uno de tus lectores le pueda ayudar conocer estos textos.

    Muchas felicidades por tu blog.

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