sábado, 2 de septiembre de 2017

El nuevo “ecumenismo ecológico” del Papa

Año 13, número 463
Luis-Fernando Valdés

El Papa Francisco nos ha sorprendido al utilizar la ecología como una “factor” clave para buscar la unidad entre católicos y ortodoxos. ¿Cómo la ecología ayuda al ecumenismo?

Francisco ha hecho de la cuestión ecológica
un motivo de unidad ecuménica. (Foto: Radio María)
1. Una “estrategia anunciada”.  Cuando en marzo de 2013, el primer Papa latinoamericano eligió el nombre de Francisco, quizá no le pusimos atención a una de las razones por las que escogió ese nombre.
El Papa recién elegido explicó que escogió ese nombre, porque san Francisco de Asís “para mí es el hombre de la pobreza, el hombre de la paz, el hombre que ama y custodia la creación; en este momento, también nosotros mantenemos con la creación una relación no tan buena, ¿no?”. (ACI, 16 mar. 2013)
Detrás de estas palabras no había sólo una mera admiración a un santo, sino todo un programa del pontificado, que tendría en el cuidado ecológico una pieza clave para el diálogo con la sociedad civil. Tampoco sospechábamos que el nuevo Papa también lo utilizaría para dar pasos en el ecumenismo.

2. Una nueva celebración común.  En la Iglesia Ortodoxa, desde hace años, cada 1º de septiembre se celebra el día por el Cuidado de la creación. En 2015, durante la presentación de la encíclica “Laudato si’”, el representante del Patriarca Ortodoxo Bartolomé sugirió al Papa que los católicos también tuvieran una jornada similar.
Hace unos días el Papa Francisco anunció que desde este año 2017, los católicos celebraremos la ‘Jornada Mundial de Oración por el Cuidado de la Creación’. El Pontífice explicó que celebrar esta Jornada, en la misma fecha con la Iglesia Ortodoxa, el 1º de septiembre, “será una buena ocasión para testimoniar nuestra creciente comunión con los hermanos ortodoxos”. (Vatican Insider, 10 ago. 2017)

3. Un nuevo paradigma para el diálogo ecuménico.  Durante casi mil años, el diálogo entre las Iglesias Católica y Ortodoxa se enfrentaba a muy complicados obstáculos de tipo doctrinal.
Para buscar la unidad sin esperar a que los temas teológicos fueran completamente resueltos, los Papas de las últimas décadas iniciaron diversos tipos de acercamientos. Juan Pablo II promovió el “ecumenismo de la sangre”, es decir, reconocer a los mártires cristianos no católicos. Benedicto XVI, en Erfurt en 2011, propuso que “la fe, vivida a partir de lo íntimo de uno mismo, en un mundo secularizado” fuera “la fuerza ecuménica más grande que nos une”.
Francisco, con motivo de los 500 años del inicio de la Reforma protestante, en Suecia en octubre de 2016, sugirió que la caridad hacia el prójimo que sufre sea un ámbito en el trabajen juntos católicos y protestantes. Es lo que se denominó “ecumenismo de la caridad”. (Aleteia, 29 oct. 2017)
Ahora, el Papa utiliza el tema del cuidado de la creación para da un paso en este diálogo. De manera que somos testigos del surgimiento de un nuevo paradigma del ecumenismo, que podemos llamar “ecumenismo ecológico”.

4. Un mensaje conjunto.  ¿Qué relevancia tiene este comunicado de los líderes de los católicos y de los ortodoxos? Además de la importancia y actualidad del contenido sobre el cuidado de la creación hoy día, el mensaje representa un cambio histórico.
Desde 1054 hasta 1965, ambas Iglesias mantuvieron la mutua excomunión por temas doctrinales; en cambio hoy, juntas –hermanadas– proclaman un mensaje válido para los fieles de ambas confesiones. Se trata del primer fruto del nuevo “ecumenismo ecológico”.

Epílogo.  Durante siglos el diálogo ecuménico se redujo sólo a las discusiones doctrinales. Pero desde el siglo XX, la vida misma ha hecho que los cristianos de diversas confesiones descubran que hay muchas dimensiones que nos unen como creyentes en Cristo: el martirio, la fe vivida en un mundo descreído o la caridad hacia los marginados.
Ahora el Papa Francisco, junto con el Patriarca Bartolomé, nos hacen ver que el cuidado de la creación como “casa común” ayudará a que los fieles de las diversas confesiones cristianas podamos “convivir”: vivir en “comunión”, que es la finalidad del “ecumenismo”.


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