domingo, 18 de enero de 2009

Iglesia y familias alternativas

Luis-Fernando Valdés

Concluye hoy el VI Encuentro Mundial de las Familias, organizado por Santa Sede y la Arquidiócesis de México. Durante tres días, expertos en la materia expusieron, ante unas 10 mil personas, provenientes de 45 países, cuál es la identidad de la familia. Al mismo tiempo, aunque con escala mucho menor, diversos grupos han manifestado sus protestas, con un serio cuestionamiento: ¿hasta cuándo va a aceptar la Iglesia los nuevos modelos familiares?
Para intentar una respuesta, sin faltar al respeto a quienes de hecho viven esas otras realidades, conviene no discutir por los casos concretos, y, en cambio, acudir a los principios que están en el fondo de la cuestión. Como veremos, el núcleo de este tema es un asunto filosófico, del que se deriva una cuestión ideológica, la cual es la causa de las controversias que aparecen en los medios.
La pregunta clave es si existe una estructura común a todos los hombre, que establezca que es una familia. Para el pensamiento clásico –que el cristianismo ha asumido en gran parte– la familia consiste “por naturaleza” en un padre, una madre e hijos. En cambio, para algunos pensadores de la segunda mitad del siglo XX, la familia no existe por naturaleza, sino “por elección”: hombre con hombre, mujer con mujer, etc.
Quedan enfrentadas las dos posturas. La primera afirma que lo que es conforme a la naturaleza es bueno, y malo, lo que va contra ella. La segunda sostiene que no existe nada bueno ni malo, sino que cada uno debe escoger sin pretender afirmar la bondad o malicia de lo elegido.
Esta elección se ha convertido en una cuestión ideológica, que ha invertido los papeles. A nombre del respeto a la libertad, nadie podría afirmar si la elección del género familiar es buena o mala; para no faltar al respeto, nadie debería hablar de exigencias naturales. Ya no se puede decir que “lo natural” es lo bueno, sino sólo que es “tradicional”, y, al ser llamado tradicional, lo natural pasa a ser una “opción” más. En cambio, “la elección” se convierte en “lo natural” del ser humano, de modo que todos los que afirman un único modelo natural de familia se han convertido en malos, por atentar contra la capacidad de elección del hombre.
Por eso, en el debate público, cuando los católicos afirman el modelo familiar basado en la naturaleza, inmediatamente la Iglesia es reprobada por atentar contra las nuevas opciones. Y, en cambio, los que la atacan se sienten justificados, pues se consideran a sí mismos como los defensores de la nueva naturaleza humana, basada en la elección.
Entonces la pregunta inicial –¿hasta cuándo la Iglesia aceptará a las familias alternativas?– también se invierte: ¿hasta cuándo los defensores de la opción aceptarán que existe una naturaleza humana común? Así llegamos al fondo de la cuestión: o naturaleza o elección. Hasta hoy la respuesta a favor de la elección se ha basado en la ideología y la descalificación.
Para proteger la identidad de la familia, que es la base de la sociedad, hace falta no perder de vista que las ideologías se cierran al diálogo, y presentan las situaciones “de hecho” y los casos límite como “pruebas” contra la naturaleza. En cambio, es muy necesario argumentar sobre qué es la familia, y desde esa base dar respuestas a los retos de nuestra época. Por eso, qué oportuno ha sido el VI Encuentro Mundial de las Familias.
Correo: lfvaldes@gmail.com
http://columnafeyrazon.blogspot.com

2 comentarios:

  1. Hola Luis Fernando, pues antes que nada desearte un muy buen año, que todos tus planes salgan como lo previste y sigas escribiendo temas que sin duda invitan al debate respetuoso y serio.

    En el tema que abordas, en realción al encuentro de las familias me permito hacerte mis comentarios..

    En primer lugar me llamó la atención que en dicho congreso las conferencias la dictaran "especialistas en el tema", quisiera saber cuales son las asignaturas que estos cubren como para ser llamados asi, considero de entrada que es un poco pretensioso nombrarlos asi.

    Entrando en materia sobre las acepciones que hoy se mencionan hacia las familias y las dos posturas que comentas; quero pensar que las personas que difieren de la composición "normal" o "natural" de familia que maneja la iglesia deben también ser católicas no?, porque de lo contrario, poco o nada les importaria la opinión que la misma tuviese de sus desiciones..

    Y quiero decirte que el hecho d que la familia sea "normal" y/o "natural", conformada por papá, mamá e hijos no lo convierte perse en un modelo a seguir,(hablamos de temas generales, claro, pero hay que rescatar ejemplos individuales para poder contextualizar), porque de hecho, en ese esquema familiar, se presentan infidelidades, violencia, maltratos, intoleracia, machismo, etc.Y en muchos casos, por mantener esa "familia", cada uno de los miembros se resigna a estas situaciones, por el que diran , la presión social, o por ser "su cruz"...

    Considero de suma importancia el respeto a las desiciones personales, el mayor regalo de Diios, después de la vida es el libre albedrío, y sin duda que ejercerlo de forma responsable debe ser una virtud delas personas, yo no podría descalificar o desacreditar a las personas que forman una "familia" de manera distinta a la que por naturaleza, efectivamente se genera.
    Pero creo, derivado de mi fortuna personal; que una familia debe ser cuna de valores; honestidad, respeto a los demás, trabajo, disciplina, respeto, tolerancia, solidaridad, amor a tu país, la naturaleza, fomentar la salud, cultivar la mente, el cuerpo y el espiritu.... yo creo que, eso debe ser una familia, y pues la duda esta en que si eso se puede gestar en una conformación diferente no crees.

    De nueva cuenta te reitero mi agradecimineto por permitir la retrolaimentación de estos temas que sisn duda son muy importantes, actuales y que se deben poner en la agenda para más op menos entender a nuestras sociedades.

    Recibe un cordial saludo.

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  2. Hola Genaro,

    Es un gusto recibir tu correo. También yo te deseo que hayas tenido un muy buen inicio de año. Y te agradezco mucho que sigas leyendo mi columna, y te des tiempo para escribirme. Te pido una disculpa por contestar tu mail hasta hoy: de verdad que entre semana no tuve tiempo de hacerlo.

    De verdad es un gran gusto tener interlocutores como tú, pues eres muy respetuoso, y vas al núcleo de la cuestión. Antes de ir a ese punto medular te comento que, cuando la semana pasada escribí las palabras "expertos en la materia", me di cuenta que no daba más datos de ellos, y pensé: "algún lector me lo va a reclamar". Simplemente para ilustrar mi afirmación, Pierpaolo Donati es uno de los sociólogos italianos más influyentes en aquel País, es catedrático de la Universidad de Bolonia (que es laica), y entre otros ha publicado un libro sobre sociología de la familia, recientemente traducido al español. Intentaré ya no hacer afirmaciones que no sean evidentes para los lectores.

    En el tema de la familia por naturaleza, me preguntas si el concepto de familia por naturaleza sólo es válido para los creyentes. Justamente aquí entra uno de los grandes temas de la relación entre fe y razón: el cristianismo sostiene, desde su origen, que como el hombre ha sido creado por Dios, todos los hombres comparten una misma naturaleza, y que las características de esa naturaleza humana pueden ser conocidas por la razón natural (sin la fe). Esta afirmación dio lugar a una gran epopeya intelectual: el diálogo del cristianismo con la filosofía griega, que con los siglos cuajaría en la creación de las universidades. De modo que la Iglesia se basa en lo natural, precisamente para dialogar no desde la fe, sino desde la razón.

    En cuanto al tema de la constitución de una familia, me parece que no es un buen argumento, para ninguna de las dos posturas, la argumentación "ad hominem": ambos bandos pueden decir que en su modelo de familia se da amor y comprensión, y que en el modelo de sus oponentes se da violencia, etc. Así, una familia natural puede ser tanto un lugar de amor y comprensión, como un infierno de incomprensión; y lo mismo una familia constituida por cónyuges del mismo sexo.

    Por eso, cuando me dices que lo importante de una familia es que sea transmisora de valores, de paz, etc. La segunda premisa que manejas cae en esa argumentación: en ambos modelos de familia puedes conseguir esos fines… pero también en ambos puedes fallar.

    La clave está en la pregunta central: qué es lo natural al ser humano, con independencia de su credo. Pues es esa medida el hombre encontrará mayor facilidad para su realización y para su felicidad. Es una pregunta filosófica (puedes ver: Robert Spaeman, Lo natural y lo racional, Rialp, Madrid 1989). Y de ella se toma la teología para explicar que las nociones de fe sobre el hombre y la familia no van contra lo racional, sino que lo asumen y lo elevan a un plano sobrenatural.

    En otras palabras, respetamos las decisiones de todos, pero lo que va contra la naturaleza humana, querámoslo o no, no es lo correcto. Y así como la Ecología nos ha hecho ver que todo abuso contra la naturaleza de los mares y bosques ha tenido un precio (contaminación, daños irreversibles, calentamiento global, etc), de igual manera, proceder contra la naturaleza humana también tendrá su precio. Y esto con independencia de las creencias religiosas.

    Genaro, te agradezco mucho tus comentarios. Me ayudan mucho a matizar mis opiniones. Me gusta mucho oír las opiniones de los demás, porque yo les ofrezco la mía, y sería muy pobre no poderlas tamizar con sus comentarios.

    Mil gracias por tu valiosa aportación, por tiempo y por tu franco afán de diálogo. Te envío un saludo muy cordial,
    P. Luis-Fernando Valdés

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